Contra el animalismo, una ideología intransigente que degrada al ser humano

Reproduzco a continuación el magnífico artículo que Fernando Gomá, vicepresidente de la Fundación Toro de Lidia, ha publicado hoy en abc.es:

Pero, ¿por qué este acto? ¿Acaso no deberíamos ser cada vez más respetuosos, no solo con la naturaleza en general, sino con los animales en particular? ¿por qué oponerse a quienes dicen preocuparse por ellos? Se lo explico con mucho gusto: las causas son de forma, de fondo, y de quiénes, presumiblemente, están detrás de esta ideología.

El animalismo es una corriente ideológica muy radical e intransigente, cuyo objetivo es imponer sus postulados a toda la sociedad. Para conseguirlo, acepta que hay que censurar a los que no piensan como ellos y prohibir lo que no les gusta. En este sentido, bien puede considerarse con una seudoreligión del siglo XXI que quieren decirnos qué podemos comer y qué no, qué es cultura y qué no y cómo debemos hablar…. Pero en realidad ellos, y no la comida, la cultura y el lenguaje ¡o los que discrepamos! son el problema. Lo último que necesitamos son neopuritanos pretendiendo catequizarnos.

Esto en cuanto a la forma, o «las formas», pero, además de que su comportamiento no es aceptable en una sociedad plural, el fondo de su predicación, aquello en lo que tienen una fe inamovible, es, simplemente, escalofriante. Victorino Martín lo dijo muy claramente el 22 de enero de 2019 en el Senado, cuando intervino en representación de la tauromaquia: el animalismo considera que los seres humanos no tienen, en ningún sentido, más valor que los animales, y en algún caso, lo tienen incluso menos. Es el antihumanismo en estado puro. El ser humano, para esta peligrosa filosofía, carece de una dignidad propia.

Consecuencia de todo lo que les acabo de decir es que la agenda animalista aspira a la destrucción completa del mundo rural, con todo lo que ello conlleva: cultura, economía, sociedad, raíces, formas de vivir, etc., Todo ello por perseguir un nuevo orden moral que, no nos confundamos, no se basa en el amor a los animales, sino en el odio: el odio al modo en el que muchos millones de personas viven, comen, hablan, trabajan y disfrutan. El animalismo, en su radicalidad, rechaza visceralmente todo eso y quiere prohibirlo, además, desde una óptica netamente anglosajona, donde tiene su origen, y por tanto completamente alejada de la cultura mediterránea, cuna de la civilización occidental. Así se entiende bien que la tauromaquia, con toda su grandeza cultural, económica y ecológica, sea la pieza mayor que quieren abatir, y para ello utilizarán todos los muchos -muchísimos- recursos a su alcance.

Las principales organizaciones animalistas del mundo tienen un presupuesto conjunto anual enorme: nada menos que 800 millones de euros. Y vemos que algunos de sus máximos contribuyentes son Google, Meta, Disney o Amazon. Dado que nadie que no sea completamente ingenuo piensa que estas organizaciones sean ONGs, cabe preguntarse por qué lo hacen. Una razón sin duda será de pura imagen, pero, en mi particular opinión, la principal es que el animalismo es para ellos un instrumento muy útil para lograr uno de sus objetivos estratégicos.

Estas mega compañías, con un poder e influencia como no se ha visto antes en la historia, lo que necesitan es convertirnos a todos en consumidores compulsivos, acríticos e infantilizados. Que un hombre adulto de Sevilla piense, consuma, y se divierta igual que una chica de 15 años de Nueva Zelanda, y siempre atados a pantallas y redes sociales. Así es más fácil dominarles. No es de extrañar que para estas empresas todo lo que signifique raíces, cultura, comunidad y realidad sea un obstáculo en sus planes. El animalismo, es, a sus ojos, un aliado, porque su furia iconoclasta, destructora, les hace el trabajo. En este sentido, el animalismo bien puede calificarse del caballo de Troya del capitalismo más antihumanista que ha visto la historia.

El martes 12 de diciembre, en Santander, apoyaremos la visión humanista y culta frente a esta ideología animalista.

(https://www.abc.es/cultura/toros/animalismo-ideologia-intransigente-degrada-humano-20231211205836-nt.html)

La trinchera infinita de Pedro Sánchez

Reproduzco, a continuación, el magnífico artículo de Jorge Bustos sobre Sánchez y su penosa investidura, del que diec Bustos que «Es un tipo que ha jurado venganza, y le basta ir encontrando por el camino aliados que compartan su resentimiento inextinguible».

Está aquí:

https://www.elmundo.es/espana/2023/11/15/6555129fe85ece15768b4573.html

La investidura se produjo hace unos días lejos de Madrid, en un hotel bruselense, pactada por un fontanero del PSOE -otros dicen que electricista- y un delincuente fugado de la Justicia. Pero como el espectáculo debe continuar y hay que guardar las apariencias, se ha programado en el Congreso una representación teatral en funciones de placebo democrático, a fin de tranquilizar a los burgueses que aún creen en el tinglado.

La carpa del circo -con forma de melena de Puigdemont– amaneció blindada por un perímetro policial aproximadamente gazatí. Cuando el cronista llegó no habría ni cincuenta personas refunfuñando a la orilla de las vallas. Pero he leído que estos días se están congregando manifestantes para rezar contra la investidura de Pedro Sánchez, así que igual el millar y medio de antidisturbios desplegados por Marlaska temía un peligroso lanzamiento de rosarios o una catarata de jaculatorias antisanchistas. Eso o que el Gobierno trata de proyectar en las impresionables imaginaciones de sus votantes la autoficción de que la democracia está siendo sitiada por el fascismo. Esta segunda interpretación cobra mayor sentido si analizamos lo que pasó dentro.

Sánchez es mejor candidato que presidente porque el primero necesita competir y el segundo convencer. Él no aspira a la comprensión, el cariño o la gratitud de los españoles, ni siquiera de la mitad de ellos: él es un tipo que ha jurado venganza, y le basta ir encontrando por el camino aliados que compartan su resentimiento inextinguible. ¿Contra quién? Al principio contra los barones que lo echaron, después contra la derecha que le ganaba en las urnas, luego contra los empresarios que se reían de él, ahora le ha entrado la perra con la Iglesia, más tarde le tocará al Rey: tanto da. Su voluntad de poder es agonista, se construye destruyendo al otro, su liderazgo solo existe en la embestida. De momento ha topado con la Constitución, y está cavando una gatera para vaciar sus cimientos que se llama amnistía.

Apunté algunas mentiras (no todas). No son mentiras sin más sino mentiras especulares, carne de diván: proyecta sobre las intenciones del PP lo que él mismo acredita con hechos. Empezó elogiando las reglas democráticas (de las que excluye la separación de poderes). Advirtió contra los autócratas que amordazan el Poder Judicial (ejem). Sentenció que peligra la igualdad de las mujeres (sobre todo por los violadores que él soltó). Acusó a los reaccionarios de buscar la división… un minuto después de haber prometido levantar un muro (el Muro de Pedrín). Se quejó de las hipérboles catastrofistas y luego alertó del retorno del franquismo machista, homófobo y contaminante a todas las autonomías del PP (el 70% de los españoles vive en ellas). Reivindicó la justicia social para defender a los vulnerables (entre los cuales cuenta a la casta corrupta de Puigdemont y a los CDR, ciertamente vulnerables ante los tribunales hasta la amnistía). Lamentó la pérdida de sentido de Estado del PP por la influencia de un partido extremista (chssstSantos: ¡la foto!). Juró que la ley de amnistía se había tramitado «con luz y taquígrafos» (aquí casi se señala el paquete y suelta: «Estos dos taquígrafos»). Y terminó jurando que cree en España (no cree ni en el Pedro Sánchez de hace tres meses, como le recordó Feijóo). Pero en fin, ya digo que la sanchología es una rama de la psiquiatría.

¿Por qué no se molestó en anunciar alguna medida social de campanillas para facilitar a sus lacayos el titular de humo con que tapar la amnistía? Primero porque asume que nadie le cree; después porque algo tiene que dejar a Yolanda para que juegue a rellenar su vacío; y por último porque la agenda legislativa está externalizada: se lleva desde Waterloo, con verificador extracomunitario. Para qué cansarse si con cavar un poquito más la zanja entre las dos Españas y llamar franquista a todo cristo volverá a ser suficiente.

Feijóo no desaprovechó la oportunidad de volcar sobre la cabeza de Sánchez toda la hemeroteca. Lo hizo con eficacia de ráfaga -citas apócrifas aparte- y con la contundencia que necesitan millones de españoles para saber que no son ellos los que están enloqueciendo. Del «pacto encapuchado» con Bildu al cese de la ministra de Igualdad del Gobierno más feminista desde tiempos de Eva; del paraíso judicial para el independentismo a la España indignada que ha cambiado de bando y toma la calle: el líder del PP exploró todos los puntos débiles del falso progresismo sanchista. Pero como me dijo uno de sus asesores, es difícil golpear a alguien al que no le duele nada. Un loco es un desgraciado que se clava unas tijeras; un psicópata es alguien que se ríe mientras te las clava a ti. A la carcajada de medio minuto que Pedro se permitió en tribuna para ridiculizar los afanes presidenciales de su rival solamente le faltó un traje rojo, una cicatriz en las comisuras y unas ojeras verdes. Los jueces han activado la batseñal: ahora falta que aparezca el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

En la réplica a Feijóo no subió Óscar Puente. No hizo falta. Subió el pandillero que siempre será, haciendo molinetes con la mariposa, escondiendo esa cobardía de jugador de ventaja que solo da la cara en la pelea con todas las condiciones a favor. Ni un minuto de su tiempo ilimitado perdió en defender un proyecto propio: se entregó una vez más al ataque personal contra Feijóo, a golpe de trola y de meme, elogiando por contraste a Casado y hasta a Fraga con tal de repasar el trazo de la caricatura, sintiendo el plop-plop de la saliva fluyendo en los hocicos de su tribu.

¿Programa de gobierno?: la trinchera infinita. El que quiera ley y convivencia que se vaya a Portugal.

La Ley de amnistía destroza el Estado de Derecho

Reproduzco a continuación el editorial del elmundo.es de hoy, que me parece impecable, y muy descriptivo del desgraciado momento que está pasando la desdichada España:

Un monumento a la arbitrariedad del poder

Martes, 14 noviembre 2023

El Gobierno habla de «concordia» y lo que genera es discordia, impulsando su amnistía en contra de la mitad del país

La proposición de Ley de Amnistía registrada por el Grupo Socialista en el Congreso constituye el mayor ejemplo de arbitrariedad y de consagración de la mentira institucional que ha conocido nuestro país en las últimas décadas. La falsedad primigenia de la futura norma es una clamorosa ausencia en su redacción: la de su única y auténtica motivación, que no es otra que la perpetuación en el poder del presidente en funciones. El Gobierno dice que es el «interés general» lo que justifica la amnistía de los delitos directa e indirectamente vinculados al procés -incluidas las imputaciones por terrorismo sin sentencia firme-, cuando es simplemente el precio político pagado por una investidura y para evitar la alternancia. Ni una de sus frases puede leerse sin recordar las palabras con las que Pedro Sánchez reconoció que la amnistía era la «condición» para su supervivencia política.

Este vicio de arbitrariedad del poder invalida una iniciativa inmoral, inconstitucional e inconveniente, cuyos principales beneficiados, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, no solo la han redactado, sino que además se arrogan el derecho a decidir sobre la materialización de los efectos que supuestamente busca. Es decir, Puigdemont se reserva la posibilidad de romper su acuerdo en cualquier momento e incendiar las calles. El PSOE acepta así el chantaje de un prófugo cuya conducta es eminentemente antidemocrática. Todo ello en el contexto de unos pactos políticos que exceden los límites constitucionales, ya que el Gobierno negociará sobre la concesión a Cataluña de la soberanía fiscal y de un referéndum de secesión en mesas bilaterales con Junts y ERC.

El Gobierno falta a la verdad al hablar de «concordia» cuando impulsa su amnistía no prescindiendo de casi la mitad de la sociedad, sino actuando directamente en su contra. Siguiendo un razonamiento plebiscitario, sólo un voto más en el Congreso legitima el arrollamiento del orden constitucional que precisamente nos protege de las pretensiones autoritarias de las mayorías, en una vulneración evidente de los derechos de la minoría. El efecto real es además el contrario del que se presume: no es convivencia lo que se genera, sino una discordia y un envenenamiento de las relaciones personales que recuerdan a los peores momentos del procés.

Más allá del despropósito político, el texto es un despropósito jurídico. En primer lugar, por la forma: el Gobierno utiliza a su grupo parlamentario para presentar una proposición de ley, con lo que se salta la imposibilidad de legislar de todo Ejecutivo en funciones. En cuanto al contenido, el preámbulo retuerce la verdad una y otra vez. Es incierto que el TC haya avalado la constitucionalidad de la amnistía de 1977, cuando la Constitución ni existía. Es incierto que la medida actual pueda compararse con las aprobadas, para casos absolutamente distintos, en países de nuestro entorno. Y es incierto que las Cortes sean soberanas, pues siempre deben someterse a la Norma Fundamental. El poder legislativo no puede reformar la Constitución sin seguir los procedimientos que ello exige.

El argumentario oficial defiende que en el texto aparece citada la Constitución, cuando la realidad es que Puigdemont se niega abiertamente a renunciar a la vía unilateral. Subraya también como una conquista que el lawfare no figure en el redactado, cuando ello no es necesario para su aplicación y cuando el efecto buscado ya se ha logrado: se asienta el mensaje político -e intimidatorio- de que comisiones de investigación parlamentarias actuarán como tribunales populares de facto, en un golpe añadido a la deslegitimación de los jueces. De hecho, el PSOE va más allá en su objetivo de maniatar a los tribunales, al forzar la desactivación de la orden de detención que pesa sobre Puigdemont incluso aunque el Supremo lleve la ley ante el Constitucional, de modo que el ex president podría regresar a España sin obstáculos. Por su parte, Junqueras será rehabilitado, al borrarse su pena de inhabilitación.

El Gobierno dice buscar la concordia y alienta la discordia. Dice fortalecer la democracia y la debilita. Pero Sánchez ha logrado lo que necesitaba: a cambio del riesgo cierto de romper la convivencia social, se asegura los votos para su investidura, el próximo jueves. Es un precio alto: nunca nuestro país ha caminado hacia un enfrentamiento político tan profundo desde la Transición. La democracia española es más frágil hoy.

https://www.elmundo.es/opinion/editorial/2023/11/14/6552811ffc6c83290a8b459b.html

Un pacto contra la convivencia de todos

Copio aquí el magnífico editorial de elmundo.es, de hoy, viernes 10 noviembre 2023, sobre la traición a España de ayer:

Nunca en nuestra historia democrática un presidente del Gobierno había sometido el funcionamiento diario del país a la continua tutela del nacionalismo que quiere acabar con él

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez.

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez. AFP

Nunca en nuestra historia democrática un presidente del Gobierno había sometido el funcionamiento diario del país a la continua tutela del nacionalismo que quiere acabar con él. Desde este jueves, para asegurar su investidura y sólo su investidura, Pedro Sánchez ha entregado España y toda acción de su próximo Ejecutivo a la arbitrariedad del prófugo de la justicia que desencadenó el mayor golpe a nuestra convivencia de los últimos 40 años. Un dirigente que comanda uno de los nacionalismos más reaccionarios de Europa, con ideales supremacistas y que quiso hacer extranjeros en su propia tierra a la mitad de los catalanes, es la persona que decidirá los designios del Gobierno de España.

Las cesiones hechas por el PSOE para mantenerse en el poder superan los peores temores. Todo el acuerdo firmado contiene el inconfundible axioma del independentismo: el cuestionamiento de la democracia española y del Estado de Derecho, como forma de debilitar a la Nación y de avanzar hacia la autodeterminación de Cataluña. Sánchez ha aceptado la amnistía total, negociar un referéndum, que un verificador internacional supervise su acción de gobierno, discutir la transferencia del 100% de los impuestos y recoger que en España existe persecución judicial por motivos políticos -el llamado lawfare-. Es una lista demoledora y un golpe durísimo para la ciudadanía, que de ninguna manera dio su voto para esto en las pasadas elecciones, pese a lo que afirman los propagandistas del Gobierno.

Estamos ante el intento de enterrar definitivamente la España de 1978, la que construyó la democracia mediante el pacto entre las derechas y las izquierdas, terminando con dos siglos de enfrentamientos y encumbrando la convivencia como el gran valor que legar a las futuras generaciones de españoles. El acuerdo saca al PSOE del pacto constitucional y de los valores que lo alumbraron, para entregarse al frentismo y la criminalización del adversario. Sencillamente, no se puede acceder a las inaceptables exigencias de alguien como Puigdemont para evitar posible Gobierno del PP con el apoyo Vox.

Es, como los propios actores del pacto proclamaron ayer, «una nueva etapa histórica» en la democracia española. Una «inédita», puntualizó Puigdemont. Las frases de su discurso son reveladoras de quien se siente victorioso tras esta negociación. «Ahora el límite es la voluntad del pueblo de Cataluña», dijo, en su negativa a renunciar a la unilateralidad, uno de los supuestos objetivos que tenía el PSOE.

Tampoco habrá la tan publicitada «estabilidad», otra de las presuntas metas no cumplidas de los socialistas. Ni pacto de legislatura ni tan siquiera el compromiso de aprobar unos presupuestos. Junts vigilará a Sánchez «día a día» y ha incluido en el documento rubricado en Bruselas que «la estabilidad de la legislatura está sujeta a los avances y cumplimiento de los acuerdos que resulten de las negociaciones», que serán supervisadas por un mediador «internacional», una figura que cuestiona la calidad probada de la democracia española y nos sitúa en los estándares de una democracia imperfecta o de un país salido de un conflicto civil.

El significado es gravísimo: el PSOE asume un marco de negociación permanentemente abierto entre el Gobierno y Puigdemont, cuya base es la aceptación del relato independentista más primario: los artífices del procés son víctimas de una persecución política que se remonta al siglo XVIII -se citan en el pacto los Decretos de Nueva Planta- y a la que hay que poner fin. Si no estuviera escrito, costaría creerlo.

Mención aparte merece el lawfare. El concepto implica el destierro del imperio de la ley, pues serán los diputados del Congreso quienes, bajo el paraguas de la aparente formalidad de comisiones parlamentarias, podrán vigilar el trabajo de los jueces y establecer si han cometido persecución por motivos políticos, lo que podrá acarrear, según el pacto, «acciones de responsabilidad» o «modificaciones legislativas». Todas las asociaciones judiciales, incluida la muy afín al PSOE Juezas y Jueces para la Democracia, se apresuraron a denunciar, con razón, que estamos ante una «quiebra» de la separación de poderes.

El PSOE, en fin, asume que no podrá gobernar con igualdad, y acepta pagar precios medulares para cualquier sistema democrático bajo el pretexto de que el debilitamiento del Estado es preferible a la alternancia en el poder. En el pacto no hay ni una sola medida que contribuya al bienestar de los españoles; al contrario, todo está destinado a su división. ¿Cómo justificará el Gobierno ante los ciudadanos y ante la UE este pacto que vulnera los valores comunes de libertad, democracia, igualdad, solidaridad y justicia en los que se fundamentan las democracias?

España, como se ha demostrado a lo largo de su historia reciente, no es el Estado segregador, desigual, intolerante, caduco y anárquico que Puigdemont quiere construir de la mano del PSOE de Sánchez, en el que hoy ya no puede reconocerse ningún socialista que integrara sus filas cuando el partido era uno de los grandes artífices de nuestra democracia y de nuestro progreso. España es un país moderno, en continua pujanza, en mejora permanente, que dejó atrás una dictadura y alumbró una democracia en tiempo récord gracias al consenso constitucional. Es un país cuya ciudadanía ha sabido construir y adaptarse a un mundo en plena transformación, con la mirada siempre puesta en un futuro esperanzador por todo lo que nos une como ciudadanos libres e iguales. Por ello, la sociedad civil, por encima de las ideologías, no debe permitir que se la estigmatice, y está en todo su derecho, desde las convicciones morales y democráticas, de manifestarse de forma pacífica ante este pacto que se basa precisamente en la división del país.

No son tiempos fáciles, pero si alguien puede superarlos es una sociedad que confía en sí misma y que sabe que, pese a las ambiciones de quienes solo buscan el poder y la división, la convivencia, finalmente, prevalecerá.

El artículo puede encontrarse aqui: https://www.elmundo.es/opinion/editorial/2023/11/09/654d4273e4d4d8ec638b458f.htm

Una apuesta decidida por el frentismo

¿Qué es lo que Sánchez está fabricando?

Comparto el magnífico editorial de elmundo.es, que describe muy bien lo que está pasando en estos dramáticos momentos que estamos viviendo en España.

Captura de vídeo que muestra al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Captura de vídeo que muestra al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.PSOE/EFE

La primera decisión relevante que Pedro Sánchez tomó tras las elecciones del 23-J fue dejar de felicitar al candidato que había obtenido más votos. Después decidió que en el pleno de investidura de su adversario no subiría a la tribuna para replicarle con la debida cortesía parlamentaria. Eligió para que le sustituyera al más pendenciero de cuantos diputados tiene el grupo socialista, que si bien es minoritario resulta bastante numeroso. Escogió al más agresivo y así, con antroponímica paradoja, voló todos los puentes con la oposición. En la campaña ya había señalado a los periodistas discrepantes como si fueran una colla de rencorosos. Pronto se ocuparía de los jueces, como es su costumbre ante las dificultades. Cualquier decisión desfavorable la enmarcaría en una estrategia reaccionaria para arruinar su investidura. No hay otra forma de explicar la impunidad de un común delincuente -en España hasta ayer todos los delincuentes eran comunes, pero ahora hay presos políticos- que darle cuerda al tamborilero del lawfare. La prevaricación de los jueces podría justificar que se amnistiara a un cómplice de Sito Miñanco, pongamos por caso. Como cantaban Os Papaqueixos: «Sito Miñanco, preso político».

Sánchez era perfectamente consciente de cuáles serían las consecuencias de promover una amnistía contra la mitad del Parlamento. Se trata de una ley que afecta a la médula democrática y que pretende aprobarse, no ya sin el apoyo de la mitad del Parlamento, sino estrictamente en su contra, pues su fin declarado es evitar como sea la alternancia política.

De manera que Sánchez decidió crear el clima de excepcionalidad que le permitiría prosperar a pesar de su debilidad. Es bien visible el rastro de una voluntad deliberada para sumir a España en el frentismo. La culminación de esta política desquiciante es una amnistía que establece un eximente ideológico, o más bien partidista, del delito. El frentismo es una estrategia que pretende simplificar al máximo la deliberación democrática hasta reducirla a un impulso emocional.

Durante los momentos decisivos del procés, se fue imponiendo una determinada perspectiva en la izquierda realmente existente. Aún se dice que el PP es una fábrica de independentistas, como culpándole de la floración antisistema. Bien, y si eso es así y a la luz de las recientes expresiones de alarmante descontento en las calles y ante la evidente radicalización de algunas protestas, ¿qué es lo que Sánchez está fabricando? ¿O es que ahora no hay que ocuparse de la lamentable desafección?

(https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2023/11/07/654a597fe4d4d861138b456d.html)

Asesinato de conciencias en el comité federal

Reproduzco a continuación, el excelente artículo que Jorge Bustos publicó el pasado 31 de octubre de 2023, en elmundo.es:

«En el mejor discurso de la historia del cine, el coronel ciego de Esencia de mujer que encarna Al Pacino les explica a los niños pijos de un college de élite cómo reconocer la integridad cuando todos menos uno la han perdido. Es decir, cuando la desfachatez ha quedado elevada a norma solemne.

-Tengan cuidado con qué clase de líderes están produciendo aquí. Están construyendo un barco de ratas. Hubo un tiempo en que podía ver. Y he visto a chicos como estos con los brazos arrancados, con las piernas destrozadas. Pero no hay nada como la visión de un espíritu amputado; no hay prótesis para eso. Charlie no venderá a nadie para comprar su futuro. Y eso, amigos míos, se llama integridad. Y esa es la pasta de la que deben estar hechos los líderes.

Recordé aquella escena al repasar las embarazosas imágenes del aplauso de los corderos excitados en el comité federal. Su líder acaba de decirles a la cara que la democracia es secundaria cuando se trata del poder. Que en nombre de España se puede y se debe ceder al chantaje de los enemigos de la unidad de España. Que cualquier medio es válido para impedir la alternancia de la derecha. Y que no necesitan saber más detalles porque les basta su persona. Entonces todos se levantan como tentetiesos inanimados, con el rostro salpicado de las gotitas autocráticas vertidas por el orador, y se ponen a aplaudir con un fervor turbulento como de cervecería muniquesa. El estrépito formado por las manos reemplaza el runrún de los cerebros, sofoca los últimos gemidos de sus conciencias amputadas -o asesinadas en el comité, parafraseando a Vázquez Montalbán- por el hábito de la servidumbre voluntaria. Solo Page salió seco de allí.

¿Cuántos ignoran o han decidido ignorar que son cómplices de un engaño masivo? ¿Que «sacrificar la palabra en aras de la convivencia» significa edificar el futuro sobre la mentira, y que ninguna relación personal o social sobrevive a una premisa de deshonestidad? ¿Que borrar los delitos del supremacismo envalentonado por el histórico triunfo de la amnistía no supondrá reencuentro alguno sino el relanzamiento del procés en cuanto vuelva Puigdemont? ¿Que todos los límites rebasados por un gobernante que invoca el mal mayor de que no gobierne el adversario acabarán siendo utilizados en su contra, y que exactamente así es como se parte en dos una comunidad política y se muere una democracia?

El analfabetismo ya no justifica la ceguera. Con la hemeroteca a un clic todas las cegueras son voluntarias. Pero algunas son más culpables que otras».

(https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2023/10/31/653fb172e9cf4a122b8b45a0.html)

El profesor del «caso Gaztelueta»

Reproduzco aquí, por su interés, el post del profesor del caso «Gaztelueta», a quien no conozco, pero que merece ser escuchado. Se publicó el 3 de abril de 2023 y puede consultarse en: https://josemariamartinezgaztelueta.com/2023/04/03/verdadera-historia-gaztelueta/

Mi verdadera historia

Muchas personas me preguntan cómo he hecho para no caer enfermo y para no rendirme. Les he dicho la verdad: que he estado enfermo, porque he sufrido un cáncer, algunos piensan que provocado por la somatización de la injusticia que estoy sufriendo desde hace tanto tiempo. Creo que si no he caído en una depresión irreversible ha sido gracias a las personas que me quieren, a su cercanía y su afecto. Me duele especialmente el sufrimiento causado a mi familia.

Desde 2010 he afrontado un proceso administrativo del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, una investigación del fiscal superior del País Vasco y uno penal que comenzó en Getxo, siguió en Bilbao y terminó en el Supremo de Madrid. Desde el primer momento fui condenado en el juicio mediático sin pruebas: siempre se ha tratado de la palabra de Juan Cuatrecasas contra la mía. Por desgracia, en estos casos parece que se invierte la carga de la prueba y eres tú quien tienes que demostrar tu inocencia. 

Juan Cuatrecasas tuvo mala salud desde pequeño. No lo digo yo sino el historial médico que desde el principio consta en la instrucción y que, después del juicio de Bilbao en 2018, que fue público, es conocido. En los cursos de primaria faltaba con frecuencia a clase por malestar general, dolores de cabeza, vómitos o tensión muscular. Su pediatra le recomendó tomar ansiolíticos con 10 años. Yo todavía no le conocía.

Fui tutor de Juan entre 2008 y 2010. Ese último año dejó Gaztelueta. Recuerdo que, cuando empecé a darle clase, faltó el primer día. Sus ausencias se repitieron en muchas ocasiones durante ese primer trimestre, hasta que el 1de diciembre le operaron de apendicitis. Al enterarme de que estaba en el Hospital de Cruces ingresado, organicé una visita acompañado de dos compañeros suyos. Creo que tanto él como la familia agradecieron el gesto y ahí comenzó lo que yo creía una relación cordial. De hecho, me invitaron a comer a su casa un par de veces.

Juan no suspendía, pero tampoco estaba entre los mejores estudiantes, como demandaban sus padres. Al terminar 2.º de ESO comunicaron que lo cambiaban de colegio porque deseaban reforzar su nivel de inglés. Durante los dos años en que fui su tutor, me esforcé en ayudar a Juan para que mejorara sus resultados. Esa dedicación la tuve también con los demás estudiantes, como han confirmado ellos, sus familias y mis compañeros profesores. Por esa dedicación desinteresada conservo el respeto y el agradecimiento de muchos alumnos y sus padres. Además, las personas que me han conocido y me han visto trabajar nunca se han creído las acusaciones.

Mis conversaciones con Juan y con los demás alumnos tenían lugar en un despacho situado entre varias aulas. Era un sitio muy transitado, donde se guardaban balones, el botiquín y objetos típicos para dar clase. Cerrábamos la puerta porque el ruido podía ser molesto, pero nunca con llave o pestillo. Me ha parecido increíble comprobar cómo ese despacho se convirtió en una especie de sala de torturas para los que, sin conocerlo, declararon en el juicio de Bilbao. En cambio, quienes habían estado allí, incluido el inspector del Gobierno Vasco, tenían muy claro y así lo declararon en la Audiencia, que ahí no podían haber tenido lugar los actos lamentables de los que se me acusó, porque era un lugar totalmente expuesto.

LAS PRIMERAS ACUSACIONES

Juan dejó Gaztelueta en 2010. Según un amigo suyo, no quiso irse del colegio: lo decidieron sus padres. De hecho, llegó a un nuevo centro y no le fue bien. Necesitó asistencia de los orientadores y se volvió a manifestar la misma ansiedad que en 1.º de ESO y en otros cursos. En junio de 2011 los padres de Juan acudieron a Gaztelueta para denunciar el acoso informático y otro previo, personal, durante los cursos 2008-2010, del cual, según manifestaron al subdirector del colegio, Imanol Goyarrola, creían que yo era el organizador. Hubo ocho acusados por la familia y la Fiscalía de Menores imputó a dos. También se puso todo en conocimiento del Departamento de Educación.

El hecho es que la Fiscalía y el juez zanjaron la denuncia con una reparación de los perpetradores: una redacción sobre el acoso. Sobre mí no dijeron nada. Los padres no aceptaron un encuentro de conciliación con los acusados ni una carta de disculpas de estos. Esa fue la primera acusación. Desde entonces las imputaciones que me han hecho han sido cada vez más graves.

Después de denunciar el acoso en Gaztelueta, la salud de Juan empeoró. A partir de entonces las acusaciones contra mí fueron subiendo y subiendo, hasta que en 2015 me acusaron de “inducirle a la autosodomización”. Sólo escribir esa palabra me da náuseas. En todo caso, la “bola de nieve” inventada creció hasta ese extremo.

EL ENTORNO FAMILIAR

Cuando fui acusado por la familia, desde el colegio hablaron conmigo formalmente para advertirme de la seriedad de la situación; yo defendí en 2011 lo que defiendo en 2023: que soy inocente. Me ofrecí a hablar con la familia para explicar mi versión, pero en la dirección del colegio me indicaron que no deseaban hablar conmigo. Esa fue la época de la que ahora dicen que si hubiéramos mostrado más cercanía todo lo demás no habría sido necesario. Es la misma época en la que, según ha explicado el colegio en algún momento del proceso, la familia grababa las conversaciones con el subdirector de Gaztelueta sin su conocimiento. Si alguien rompió la comunicación, esos fueron los padres de Juan. Es indignante que ahora digan lo contrario.

El matrimonio Cuatrecasas ha dicho sobre mí auténticas barbaridades: sobre todo, me ha deshumanizado al decir que he cometido todo lo que me atribuyen y que no tengo ni remordimiento ni vergüenza por no pedir perdón. No puedo pedir perdón porque mi inocencia no es negociable. Antes me llamaba la atención que ni se planteasen que podían estar equivocados. Ahora, ya no me sorprendo: su discurso se ha convertido en un modo de vida.

Los padres de Juan hablaron con él muchas veces sobre lo ocurrido, según sus propias declaraciones ante el juez de Bilbao. En esas conversaciones aseguran que fueron apareciendo los detalles que llevaron a mi condena.

En esos años, dos personas influyeron de manera particular en la familia Cuatrecasas: la abogada Leticia de la Hoz y el psiquiatra Iñaki Viar. Leticia de la Hoz, según ella misma afirmó en una entrevista en La Nueva España el 6 de octubre de 2015, fue la que tuvo la idea de instrumentalizar al Papa para sus intereses en el caso: “Nos pareció que una carta al Papa podía ser un buen medio de denuncia”. Iñaki Viar, condenado en 1970 a veinte años de cárcel por pertenecer a ETA y colaborar en la colocación de una bomba sin víctimas, fue clave en el juicio de la Audiencia de Bilbao. Había tratado a Juan como médico y amigo de la familia y, a lo largo de varias sesiones, había podido conocer todo lo ocurrido. Ahí estaba yo, oyendo cómo una especie de gurú había logrado sacar “la verdad”. Pero, en realidad, nadie nunca ha aportado pruebas, sencillamente porque no las hay.

Llevo doce años haciéndome la pregunta de por qué me acusa Juan de unos hechos que no he cometido. Lo que afirma sólo sucedió en su cabeza. Me parece que esta desgracia no se debe a una sola causa. Por un lado, están sus problemas de salud; por otra parte, el bullying que le hicieron sus antiguos compañeros. Yo añadiría que los interrogatorios insistentes de unos y otros y la necesidad de encontrar una justificación a su fracaso académico y personal también le han hecho daño. El propio Juan ha afirmado públicamente que ha estado muy mal, que incluso ha tenido alucinaciones (Diario Vasco, 5/10/2018); y su padre explicó también en una entrevista en Radio Euskadi en enero de 2013 que no contó las cosas de un día para otro, sino que su mujer estuvo durante meses “tirando del hilo”. En cualquier caso, lo que puedo jurar es que yo soy inocente de lo que se me acusa.

EL TRIBUNAL SUPREMO CORRIGIÓ A LA AUDIENCIA PROVINCIAL

Pasé seis días -entre el 4 y el 11 octubre de 2018- en la primera fila de una sala de la Audiencia de Bilbao. El juez Alfonso González Guija, presidente del tribunal, me declaró culpable. Yo hasta entonces confiaba en la justicia. Pensaba que nadie puede ser condenado sin pruebas.Y que, en mi caso, no había pruebas, porque no había delito. Pero estaba equivocado. Hay periodistas que no dicen la verdad. Hay políticos que no buscan el bien común. Hay profesores que no se preparan bien sus clases. Y hay jueces que condenan sin pruebas.

González Guija inició el juicio después de que yo hubiese sido condenado por la opinión pública. Una sentencia condenatoria sería muy bien recibida en los medios de comunicación. La absolución sería impopular. Se supone que un juez debe ser inmune a esas presiones.

Entre otros argumentos peregrinos, el tribunal consideró que, si los profesores y alumnos del colegio avalaban unánimemente mi inocencia, esa coincidencia mostraba que se habían puesto de acuerdo antes de acudir al juicio. Ciertamente, varios informes psicológicos indicaban que el relato de Juan Cuatrecasas era verosímil. Quizás él crea que aquello ocurrió, pero en todo caso sólo ocurrió en su cabeza. Tal vez esa versión de los hechos haya pasado a formar parte de “su verdad”. Juan sufrió un shock post-traumático. Eso quedó claro en el juicio de Bilbao. Lo que no quedó claro fue el motivo.

González Guija y los otros dos jueces me condenaron a once años de prisión, algo que superó lo que reclamaba la parte denunciante. El tribunal hizo lo fácil: ante la complejidad del caso, en vez de absolver por falta de pruebas, me condenaron y, además, con una pena ejemplar.

Alegué al Supremo. Durante casi dos años tuve que presentarme semanalmente en el juzgado para dar señales de vida y firmar un certificado. En esa época intenté convertir en rutina algo que odiaba y que me parecía propio de delincuentes. En septiembre de 2020, el Tribunal Supremo dejó mi condena en dos años, por lo que no tuve que ingresar en prisión. Ese día lo recuerdo como especialmente agridulce. Por un lado, evité la cárcel pero, por otro, se me seguía declarando culpable de unos actos que no he cometido. Esa sensación, mezcla de alivio e impotencia, me acompaña todavía hoy. Según me explicó mi abogado y he oído a otros juristas, el Supremo rechazó las acusaciones más graves, entre otros motivos porque el razonamiento de la Audiencia de Bilbao vulneraba la presunción de inocencia. También me explicaron que el Supremo no entró a valorar la prueba que realizó la audiencia vizcaína en los hechos menos graves. En el fondo, lo que pienso es que no quisieron desautorizar completamente al tribunal de Bilbao.

Recurrí también al Constitucional, sabiendo que tenía pocas posibilidades de que mi caso fuera admitido a trámite. Pero no quería dejar de poner ningún medio para intentar defender mi inocencia. Fue “inadmitido”.

LAS INVESTIGACIONES ECLESIÁSTICAS

En enero de 2015, desde el Vaticano enviaron al sacerdote Silverio Nieto para que investigase la denuncia. En todo momento colaboré en lo que me solicitaron porque confiaba –como así fue– en que podría aclarar la falsedad de la denuncia. Nieto fue presentado por Religión Digital –la web que ha actuado como portavoz de la familia–, como el gran azote contra la pederastia eclesiástica en España. Era una persona implacable y de notable experiencia en estas situaciones. Ese diario digital escribió el 14 de octubre de 2015: “Silverio Nieto les sometió a un exhaustivo interrogatorio sobre el caso. Tanto al padre como al chaval. Un interrogatorio de dos horas y media. A fondo y sin piedad. Silverio preguntaba y Rafael Felipe [el notario] tomaba notas en su ordenador”. Al principio, la familia se quejó del excesivo rigor de las conversaciones con Nieto, según escribió Religión Digital. Luego, tras conocer su veredicto, afirmaron que el proceso había sido informal y muy poco consistente. Silverio Nieto cometió un “grave error”: concluyó que yo era inocente. A partir de ese momento se convirtió en un encubridor, un irresponsable y un corrupto.

El pasado mes de septiembre, a través de un responsable del Opus Dei, recibí la noticia de que la Santa Sede había ordenado un proceso canónico para “depurar responsabilidades y ayudar a sanar heridas producidas”. Antes de que me llegara ninguna notificación oficial ni a mí ni a mis abogados, se publicó en los medios. La noticia es ya una sentencia de culpabilidad. El Papa ha escrito cartas a Juan –que su entorno ha filtrado a la prensa y se han publicado– en las que le dice que puede estar tranquilo, que va a comenzar una investigación, pero que no se preocupe, que él va a nombrar al tribunal, presidido por José Antonio Satué, obispo de Teruel, y que le mantendrá al corriente de los avances.

Al parecer, en el nuevo proceso me quieren aplicar una normativa eclesiástica aprobada con posterioridad a los supuestos hechos. Mis abogados han indicado al obispo de Teruel que el principio de retroactividad de la ley va en contra de los derechos humanos. También han señalado otras irregularidades jurídicas: por ejemplo, que la Iglesia aplique la legislación eclesiástica a un laico, que el Papa -que nombra al tribunal- reciba a una de las partes y no a la otra, o que yo me entere de sus decisiones por los medios. De hecho, hace una semana Religión Digital publicó que el Papa no me recibiría, a pesar de una petición que le envié por carta hace unos meses: yo hasta entonces no lo sabía. Satué ha indicado a mis abogados que el Papa es juez y legislador universal y que puede tomar las decisiones que quiera. Me parece que el Papa está muy mal asesorado y, hasta donde sé, tras hablar mis abogados con bastantes expertos, hay motivos para llevar este asunto antes los tribunales civiles y penales españoles e internacionales.

Estoy machacado por tanto atropello. He tenido que cambiar de trabajo y olvidar mi pasión de siempre: la educación. Me han destrozado la vida. Fui condenado injustamente y cumplí mi condena. Ahora, me gustaría que me dejaran en paz y que se haga justicia. Si para eso hay que ir a Roma o Estrasburgo, estoy dispuesto.

UN POCO DE BALANCE

Es bien conocido que los pederastas son depredadores insaciables. Cuando descubren a uno porque una víctima rompe su silencio enseguida otros se atreven a contar que ellos también fueron abusados por esa misma persona. Yo he dado clase en un colegio varios años a cientos de niños. Nunca, ni por asomo, en ningún caso nadie ha visto en mí un comportamiento impropio. Sólo Juan Cuatrecasas.

Un cúmulo de coincidencias desastrosas me han llevado a la situación en la que estoy: una familia que ha hecho de este caso su modo de vivir (el padre de Juan ha visto facilitado su camino hacia el Congreso español gracias a su hábil explotación victimista del caso); un juez de la Audiencia de Bilbao que  me condenó sin pruebas; un psiquiatra exmiembro de ETA que resultó clave en el juicio; un Papa mal asesorado que confía en quien no es digno de confianza (que conste que rezo por él cada día).

Todos los que de algún modo me han apoyado han quedado desacreditados, desde el juez Marchena, que fue el ponente de la sentencia del Tribunal Supremo, hasta el actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Peor suerte aún han tenido el Opus Dei como institución, el colegio Gaztelueta y Silverio Nieto. A todos ellos, por su integridad y su apoyo les estoy muy agradecido; también al actual obispo de Bilbao, Joseba Segura, quien me recibió y me escuchó con interés durante una larga conversación. Que después llamara a mi madre para mostrar cercanía por su sufrimiento todos estos años es un gesto que todavía recuerdo bien.

EL FUTURO

El 28 de noviembre de 2018 viajé en coche a Bilbao. Ese día me iban a comunicar si ingresaba o no en prisión. No sabía dónde iba a dormir esa noche y las siguientes. Llevaba preparada una bolsa con lo necesario. No sabía si iba a salir de la Audiencia por la puerta principal o por la de atrás, para subir a un furgón policial. Cinco años después tengo una sensación parecida. Estoy ante un proceso jurídico y mediático que no parece acabar nunca. El último capítulo -la reapertura del proceso eclesiástico- supone un claro abuso de poder. Estoy profundamente decepcionado por las arbitrariedades e injusticias que he sufrido.

Desde hace años he tenido que rehacer mi vida profesional. Pasé un par de años buscando trabajo y he acabado en un sector que no es el mío porque me temo que no tendré muchas oportunidades de elegir. Procuro mantenerme al margen de los medios. Mi familia, mis amigos y mis abogados me tienen al tanto de lo imprescindible. A mi familia procuro protegerla de todo, porque no se merecen que les salpique nada de lo que me ha tocado a mí, aunque no resulta fácil conseguirlo.

Junto a todo este cúmulo de desgracias, decenas de personas me han escrito, me han llamado o me han hecho llegar su apoyo de muchos modos distintos. Aunque mi temperamento es más bien sobrio, reconozco que me he emocionado más pensando en la gente tan buena que he tenido alrededor que en la parte desagradable de todos estos años. Me ha llamado la atención la cantidad tan grande de personas que no me conocen de nada -sólo por los medios de comunicación- pero que me envían su apoyo porque me han visto sufrir injustamente.

Pienso que todo tiene sentido en los planes de Dios. El sufrimiento es un misterio pero, al final, los creyentes sabemos que de los grandes males Dios puede sacar grandes bienes. Yo no veo esos bienes por ningún lado, pero sigo confiando en Él.

Homenajear a Hernán Cortés por su contribución a la grandeza de España

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Y en la misma línea del post anterior, en esta otra proposición no de Ley, el grupo Parlamentario de VOX solicitaba instar al Gobierno para:

1. Promover, a través de las instituciones del Estado, la divulgación y promoción de la figura de D. Hernán Cortés de Monroy y Pizarra Altamirano, por su importante contribución a la historia militar del mundo, en general, y a la grandeza de España, en particular.

2. En concreto, promover, con todos los honores que tan alta ocasión merece, la conmemoración del 500 aniversario de la entrada de Cortés en la ciudad de México-Tenochtitlan como punto culminante de la Conquista de México’.

Veamos qué dice el texto en el que se exponen los motivos de tan magnífica iniciativa:

«Primero. Don Hernán Cortés de Momoy y Pizarra Altamirano nació en Medellín, Extremadura, en 1485 en el seno de una familia de hidalgos menores. Nada hacía sospechar en aquellos momentos que aquel niño fuera a protagonizar una de las mayores gestas que vieran los tiempos, cuando, pocos años más tarde, Colón abría las puertas de todo un nuevo mundo y comenzaba así uno de los procesos históricos más importantes, lo que Ramiro de Maeztu llamaría ‘hacer la unidad física del mundo’ y que hoy conocemos de modo más común como la Hispanidad.

Así, en la juventud de Cortés comenzaron a desarrollarse las primeras expediciones y asentamientos en América, y el joven hidalgo marcharía a aquellas nuevas tierras con la intención de hacer fama y fortuna, tal y como tantos jóvenes españoles de aquellos tiempos hicieron por los cuatro rincones del globo.

Asentado inicialmente en la Isla de La Española, desde allí partiría junto a Diego Velázquez de Cuéllar a la conquista de Cuba y sería alcalde de la ciudad de Santiago, fundada en esta isla.

Unos años después, en 1518, el Gobernador de la Isla, Diego Velázquez de Cuéllar, elegiría a Cortés para liderar la tercera expedición que partiría de la isla en dirección a tierra firme, tras las de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. Partiría de la isla en noviembre de aquel año al frente de 11 naves, con 518 infantes, 16 jinetes, 13 arcabuceros, 32 ballesteros, 110 marineros y unos 200 auxiliares de tropa, así como 10 cañones de bronce y cuatro falconetes. Comenzaría así la gran epopeya que sería la conquista de México y la fundación de la Nueva España.

Cortés y sus hombres, entre los que se encontraban grandes capitanes que brillarían en esta y otras empresas y gestas tales como Pedro de Alvarado, Juan de Escalante o Francisco de Montejo, por citar unos pocos, se encaminaron por las costas de la actual península del Yucatán dónde rescatarían al náufrago español Gerónimo de Aguilar, que conocía la lengua maya e hizo de intérprete a Cortés. Más adelante, librarían su primera batalla en Centla, que conduciría a la toma de Potonchán, dónde le hicieron a Cortés ofrenda de víveres, joyas, tejidos, y un grupo de veinte esclavas, que fueron aceptadas y cambiados sus nombres al ser bautizadas, y entre las que se encontraría una que sería bautizada como Marina y conocida como la Malinche. Esta mujer sería vital en la Conquista, al conocer las lenguas de los mayas y los mexicas, así como sus costumbres e idiosincrasia, colaborando ampliamente con Cortés.

Por aquellas tierras Cortés tuvo conocimiento de la existencia de un poderoso imperio al oeste que los indígenas llamaban México, decidiendo dirigirse hacia allí. Desembarcaría más tarde cerca de una ciudad de la tribu de los totonacas y fundaría la ciudad de la Villa Rica de la Vera Cruz, actualmente conocida como Veracruz. Aquí entablaría contacto con emisarios de los aztecas y formalizaría una alianza con los totonacas. En este momento se produjo otra cuestión fundamental, puesto que Cortés se proclamaría Capitán General de aquellas tierras tras pedírselo sus hombres, rompiendo la cadena de mando con Cuba y pasando a depender directamente del Rey. Esto fue necesario, ya que las órdenes de Cortés no permitían poblar y asentarse, sino tan solo explorar y regresar a Cuba. En este momento tomó otra importante decisión, la de quemar, o más bien dar el través o inutilizar sus naves, evitando así que nadie se echase atrás en su resolución.

Es entonces cuando la expedición española, ahora auxiliada por 1300 indios totonacas, se internaría en el interior del continente con un objetivo claro: Tenochtitlan, la capital azteca. En el camino se toparían con la Confederación de Tlaxcala, el gran antagonista del Imperio Azteca. En un principio, los tlaxcaltecas recibieron hostilmente a los españoles, pero tras ser derrotados en varias ocasiones decidieron formalizar la paz y establecer una alianza frente a su común enemigo. Prosiguiendo el camino, y antes de llegar a Tenochtitlan, Cortés entró en la ciudad de Cholula, la segunda en tamaño del Imperio Azteca, y allí se enfrentó a los guerreros de esta ciudad que intentaban capturar a los españoles para sacrificarlos. Tras derrotar a esta ciudad, proseguiría la marcha acompañado de sus aliados totonacas y tlaxcaltecas, entrando en Tenochtitlan el 8 de noviembre de 1519 y produciéndose el encuentro entre Cortés y el Emperador Moctezuma II.

El tamaño y magnificencia de esta ciudad, construida sobre el lago Texcoco y conectada a tierra por tres calzadas, sorprendió a las fuerzas de Cortés, que no habían visto nada igual en Europa. El tamaño de los templos, así como de la plaza mayor, del doble del tamaño que la de Salamanca, dejó impresionados a los europeos de la expedición. En cuanto a la población, si bien no es posible saber la cifra de habitantes con seguridad, los expertos calculan que pudo estar entre los 100.000 y los 400.000 habitantes y, en cualquier caso, una población mucho mayor que la de cualquier ciudad europea de principios del siglo XVI.

Moctezuma recibió a Cortés con los brazos abiertos, creyendo que los españoles eran enviados del dios Quetzalcóatl y los alojó en el Templo-Palacio de su padre Axayácatl. Sin embargo, en aquellos días las tensiones entre buena parte de la nobleza y los sacerdotes mexicas con los españoles desencadenó un ataque de estos a los españoles de Veracruz, que se saldó con la muerte de varios españoles.

En este contexto, Cortés tuvo noticias de la llegada a las costas de Veracruz de una flota de 18 naves españoles enviada desde Cuba por el Gobernador Diego Velázquez de Cuéllar, y mandada por Pánfilo de Narváez con orden de apresarlo por haber desobedecido sus órdenes. Así, Cortés parte con una fuerza para responder y deja a Pedro de Al varado al mando de la exigua guarnición española en Tenochtitlan. Cortés logra sorprender de noche a las fuerzas de la expedición de Narváez, capturando a la mayoría de sus hombres sin apenas bajas, y convenciéndolos para que se le unieran y así reforzar considerablemente sus fuerzas.

A la vuelta de Cortés, la situación en la ciudad era insostenible para los españoles habida cuenta de los incidentes y enfrentamientos contra los aztecas. Cortés encargaría al hermano de Moctezuma, Cuitláhuac, aliviar la situación, pero este se rebeló y se unió a Cuauhtémoc, uno de los caciques contrarios a los españoles. Ante esta situación, una masa de aztecas se dirigió a la residencia de Moctezuma, y al salir este a calmar los ánimos, fue herido de muerte por una piedra lanzada por alguien de su propio pueblo. Los españoles, sitiados y sin otra salida, decidieron retirarse en la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520 en la que sería conocida como la Noche Triste. En esta, los guerreros aztecas persiguieron a los españoles y sus aliados en su retirada, matando y capturando a muchos de ellos, que serían posteriormente sacrificados cruelmente en sus templos.

Cortés se retiró durante varios días, hasta que en Otumba logró reorganizar sus fuerzas y batirse con las fuerzas mexicas. En dicha batalla, Cortés disponía de una exigua fuerza de unos 600 españoles y alrededor de 1000 aliados tlaxcaltecas que se enfrentarían a alrededor de 20000 guerreros aztecas en una de las batallas con mayor desproporción numérica de todos los tiempos. Las fuerzas españolas formaron en cuadro y resistieron durante varias horas los asaltos de los mexicas hasta que Cortés decidió cargar con su pequeña fuerza de caballería y perros de guerra contra el puesto de mando azteca. La carga, entre invocaciones a Santiago, rompió las líneas aztecas, llegando los españoles a abatir al cacique Matlatzincatzin y capturar el estandarte real mexica, poniendo en fuga al ejército azteca. Bernal Díaz del Castillo, en su ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’, se refirió así a esta batalla:

‘Todos dimos muchas gracias a Dios que escapamos de tan gran multitud de gente, porque no se había visto ni hallado en todas las Indias, en batalla que se haya dado tan gran número de guerreros juntos, porque allí estaba la flor de México y de Tezcuco y todos los pueblos que están alrededor de la laguna, y otros muchos sus comarcanos, y los de Otumba, Tepetezcuco y Saltocán, ya con pensamiento de que aquella vez no quedara roso ni velloso de nosotros[1].’

Esta victoria permitió a Cortés regresar a Tlaxcala para reabastecerse, recibir refuerzos y volver más tarde para poner sitio a la ciudad de Tenochtitlan. Cortés lograría negociar con diversas ciudades colindantes como Texcoco, Chalco, Tlamanalco y Huaxtepec, logrando su alianza contra sus amos aztecas. Para este asedio, que comenzaría el 30 de mayo de 1521, se construyeron varios bergantines para controlar el lago Texcoco y se cortaron las calzadas y acueductos que suministraban agua a la ciudad. Tras varios meses de asedio y asaltos extremadamente cruentos dónde los prisioneros españoles e indios eran sacrificados y comidos, el día 13 de agosto la resistencia azteca se quebró y Cortés entraba en la ciudad y capturaba a Cuauhtémoc, el último emperador mexica. Se culminaba así la parte más importante de la conquista de México.

Durante el resto de su vida, Cortés conduciría diversas expediciones y conquistas por el resto de los territorios de la Nueva España, hasta conformar el que sería el mayor Virreinato de la América hispana. Sin embargo, a pesar de recibir importantes recompensas por sus servicios, como el título de Marqués del Valle de Oaxaca, ser nombrado caballero de la Orden de Santiago y un escudo de armas que incluía un ‘águila negra de dos cabezas en campo blanco que son las armas de nuestro imperio’[2], así como otros diversos símbolos que hacían referencia a sus hazañas, nunca le fue dado el título y cargo de Virrey de las tierras que había conquistado. Hernán Cortés moriría en la Península Ibérica el 2 de diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, pero sería recordado por siempre en los altares de la Historia como el protagonista de una de las mayores gestas militares de todos los tiempos.

Segundo. En este año se cumple el quinto centenario de la entrada en Tenochtitlán, y para comprender la trascendencia histórica de los hechos y vida de Hernán Cortés, así como las consecuencias de su victoria en la capital azteca, sirva como comienzo un extracto del preámbulo de la ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’, de Bernal Díaz del Castillo, que vivió en primera persona aquellos días:

‘y porque cosas tan heroicas como adelante diré no se olviden, ni más las aniquilen y claramente se conozcan ser verdaderas, y porque se reprueben y den por ningunos los libros que sobre esta materia han escrito, porque van muy viciosos y escuras de la verdad, y porque haya fama memorable de nuestras conquistas. Pues hay historias de hechos hazañosos que ha habido en el mundo, justa cosa es que estas nuestras tan ilustres se pongan entre las muy nombradas que han acaescido, pues a tan excesivos riesgos de muerte y heridas y mil cuentos de miserias posimos y aventuramos nuestras vidas, ansí por la mar descubriendo tierras que jamás se había tenido noticia dellas, y de día y de noche batallando con multitud de belicosos guerreros, y tan apartados de Castilla; sin tener socorro ni ayuda ninguna, salvo la gran misericordia de Dios Nuestro Señor, que es el socorro verdadero, que fue servido que ganásemos la Nueva España y la muy nombrada y gran cibdad de Tenuztitlán-México[3].’

Así pues, la conquista de México traería por delante la creación de una nueva sociedad que, sumada al resto de dominios de la Monarquía hispánica, crearían la gran obra de España en el mundo, que no es otra que la Hispanidad. De hecho, Ramiro de Maeztu se refería así a esta obra: ‘Saturados de lecturas extranjeras, volvemos a mirar con ojos nuevos la obra de la Hispanidad y apenas conseguimos abarcar su grandeza (…) la Hispanidad creó la Historia Universal, y no hay obra en el mundo, fuera del Cristianismo, comparable a la suya[4].’

Así, frente a las manipulaciones de la Leyenda Negra, el Barón Alexander Von Humboldt, que visitó los territorios españoles en América a inicios del siglo XIX, pudo dar testimonio acerca del legado que 300 años de soberanía española habían dejado en aquel territorio en su ‘Ensayo Político sobre la Nueva España’:

‘Entre las colonias sujetas al Rey de España, Mégico ocupa actualmente el primer lugar, así por sus riquezas territoriales como por lo favorable de su posición para el comercio entre Europa y Asia (…) ninguna ciudad del nuevo continente, presenta establecimientos científicos tan grandes y sólidos como los que hay en la capital de Mégico[5].’

De esta forma, el actual México es directamente heredero de la conquista y evangelización españolas, y de la fundación de la Nueva España, obra fundamentalmente de Hernán Cortés. Así, no podemos dejar de recordar a este gran personaje y los hechos históricos de los que fue protagonista, pues son parte sustancial de nuestra historia como nación y la vez de la nación mexicana, además de origen e inicio de la obra de la Hispanidad. Obra que nos incumbe mantener viva dados los lazos históricos, culturales y espirituales de España con todos los pueblos hispanos del mundo.

Tercero. Sin embargo, a día de hoy, y pese a su enorme contribución a la historia militar, en general, y a la grandeza de España, en particular, la figura de Hernán Cortés no es suficientemente reconocida en España con el prestigio y los honores que tal héroe merece.

No obstante lo anterior, cabe señalar que el artículo 31 de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, establece que ‘El Ministerio de Defensa promoverá el desarrollo de la cultura de defensa con la finalidad de que la sociedad española conozca, valore y se identifique con su historia y con el esfuerzo solidario y efectivo mediante el que las Fuerzas Armadas salvaguardan los intereses nacionales. Asimismo, el resto de los poderes públicos contribuirán al logro de este fin’.

Por su parte, conviene destacar que el Instituto de Historia y Cultura Militar, dentro de sus cometidos y misiones, tiene la atribución de ‘Difundir la cultura histórico militar de nuestro Ejército, dentro y fuera de él’[6].

Teniendo en cuenta lo anterior, se antoja absolutamente necesario que las instituciones competentes fomenten, divulguen, promuevan y enaltezcan figuras y hechos importantes de la historia patria, ya que un pueblo que no conoce su historia está condenado a desaparecer. Por tanto, ante la necesidad de que el legado de don Hernán Cortés sea conmemorado y exaltado con los honores que tal héroe merece, qué ocasión podría ser mejor si no es aprovechando que el 13 de agosto de 2021 se cumplió el quinto centenario de la caída de Tenochtitlán y la fundación del Virreinato de la Nueva España».


[1] Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo. https://www.rae.es/sites/default/files/Aparato de_variantes_Historia_verdadera_de_la_conquista_de_la_Nueva_Espana.pdf

[2] https://web.archive.org/web/20111005051158/http://www.heraldicamesoamericana.com.mx/heraldica.htm#primerosescodos

[3] Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo. https://www.rae.es/sites/default/files/Aparato_de_variantes_Historia_verdadera_de_la_conquista_de_la_Nueva Espana.pdf

[4] https://www.filosofia.org/hem/193/acc/e01008.htm

[5] http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm ?id =0000000308

[6] https://eiercito.defensa.gob.es/unidades/Madrid/ihycm/Organización/organizacion.html

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«El adecentamiento y señalización del Sepulcro de don Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano»

Las exposiciones de motivos de las proposiciones no de Ley del grupo parlamentario de VOX dirigidas a rememorar a figuras históricas españolas o a dignificar su recuerdo son realmente magníficas, y de interesantísima lectura, que casi me atrevo a proponer su obligatoriedad en nuestras escuelas. Para muestra, copio el texto de la que tuvo por objetivo pedir al gobierno de los Estados Unidos de México lo que sirve de título al presente post. En ella se adivina la mano de don Francisco José Contreras Peláez, catedrático de filosofía del derecho en la Universidad de Sevilla, y el mejor diputado -con mucha diferencia- de los que hoy en día pueblan nuestro Congreso. Ignoro si la proposición tuvo éxito.

Imagen: https://www.sutori.com/es/historia

Primero. El 13 de agosto de 2021 se cumplieron 500 años de la toma de Tenochtitlán por las tropas españolas de Hernán Cortés y sus aliados indígenas, que marcó la culminación de la conquista de México, iniciada en 1519. Se trata de un hito fundamental de la historia de España y de los países hispanoamericanos. Aquellos hechos supusieron el salto de la presencia española desde las Antillas a Tierra Firme (excepción hecha del precedente de los asentamientos de Nicuesa, Enciso y Núñez de Balboa en el Darién, en la Panamá actual); un salto no solo territorial sino también conceptual, con la superación del «modelo antillano» —más extractivo— y el desarrollo del modelo novohispano, que concibe a América, no como un campo de recursos a disposición de los conquistadores, sino como una verdadera nueva España que debe integrar a los indígenas y elevarlos a la civilización y la posibilidad de la salvación, con arreglo a las categorías religiosas de la época.

La presencia española, sobre todo en su fase más temprana, no estuvo exenta de abusos. Sin embargo, el imperio español representa un caso único en la historia universal en lo que se refiere al constante autocuestionamiento moral y el libre debate en torno a la justicia de la conquista. Los denunciadores de excesos —incluso los mixtificadores como Bartolomé de las Casas— no solo no eran reprimidos, sino que eran invitados a la corte y escuchados por unos reyes obsesionados por escrúpulos morales. Así lo reconoció, por ejemplo, Lewis Hanke en su obra clásica The Spanish Struggle for Justice in the Con quest of America: «En el Archivo de Indias de Sevilla duermen miles de cartas e informes [sobre asuntos indianos] que amonestan, exhortan e incluso amenazan a los monarcas más poderosos de su tiempo.

«[…] Y los reyes permitieron e incluso estimularon en ocasiones la discusión sobre un asunto tan delicado como su derecho a gobernar el Nuevo Mundo. […] Ningún otro pueblo de Europa se ha entregado antes o después a una tal lucha por la justicia»[1].

En su lecho de muerte, Isabel la Católica añadió un codicilo a su testamento en el que rogaba a sus sucesores que «no consientan ni den lugar a que los indios […] reciban agravio alguno en sus personas ni sus bienes, sino que manden que sean bien y justamente tratados». El Derecho indiano prefigura con cuatro siglos de adelanto la moderna legislación social: por ejemplo, las Leyes de Burgos (1512) reglamentan el jornal, vivienda y descanso de los indígenas de las encomiendas, y prohíben el trabajo de las embarazadas a partir del cuarto mes. Y en 1550, Carlos I paraliza la expansión española en América, a la espera del resultado de la Controversia de Valladolid, debate público —juzgado por una comisión de teólogos y juristas— en el que Juan Ginés de Sepúlveda y el hipercrítico Bartolomé de las Casas discuten la legitimidad de la empresa colonial: «Nunca antes o después un emperador en la cima de su poder ha ordenado que cesen sus conquistas hasta que se pudiera decidir si eran justas» (Lewis Hanke)[2].

Segundo. Gustavo Bueno propuso una distinción entre «imperios depredadores» e «imperios generadores». El español —como el alejandrino o el romano— forma parte de estos últimos. En las Indias, España intentó trasplantarse a sí misma a través de instituciones como el cabildo. Los imperios depredadores solo fundan factorías y plantaciones; los generadores construyen ciudades, iglesias y universidades. Lo característico de los imperios generadores es la vocación civilizadora, el compromiso de compartir las ventajas tecnológicas y espirituales con una población más amplia. Los conquistadores aspiraban ciertamente al enriquecimiento y la gloria, pero se tomaban también muy en serio la evangelización de los indígenas, en contraste con otros imperios que solo buscaron la explotación de los colonizados. En su primera entrevista con Moctezuma, referida por Bernal Díaz del Castillo, Hernán Cortés le explica que «[el emperador Carlos] nos envió para que no adoren aquellos ídolos ni les sacrifiquen más indios ni indias, pues todos somos hermanos, ni consientan sodomías ni robos»[3] . El imperio generador eleva a los conquistados a la misma categoría jurídica y moral de los habitantes de la metrópoli («españoles americanos») y propicia la hibridación racial de forasteros y naturales.

La Monarquía Hispánica sacó a los pueblos precolombinos de la antropofagia, la esclavitud, los sacrificios humanos y la prehistoria tecnológica (no conocían ni la rueda, ni la escritura, ni los animales de carga: el transporte de mercancías se hacía a espaldas humanas). El primer arzobispo de México, Juan de Zumárraga, insiste en que se envíen asnos desde España, para no usar porteadores. Se crean pronto instituciones de enseñanza para indígenas, como el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, y hospitales como el de Jesús, fundado en 1524 por el propio Hernán Cortés — todavía en funcionamiento—, el de San José de los Naturales o el de San Cosme y San Damián. En 1539 se establece en México la primera imprenta del Nuevo Mundo, filial de la de Cronemberg en Sevilla. En la década de 1550, las primeras universidades: la de San Marcos de Lima (1551) y la Real y Pontificia de México (1553). En ellas se crearán cátedras de lenguas indígenas, en las que se escriben las primeras gramáticas quechua o náuhatl; los frailes las habían aprendido desde el principio (Fray Andrés de Olmos, Arte para aprender la lengua mexicana, 1547), para impulsar una evangelización que fue muy rápida y exitosa.

Uno de los políticos españoles que mejor ha glosado la empresa española en América fue el socialista Indalecio Prieto, exiliado en México tras la Guerra Civil, que publicó el 28 de noviembre de 1946 en la revista Novedades el artículo titulado «Mano española violó el secreto de los restos». Dijo entonces lo siguiente: «¿Quién puede negar la grandeza a la obra de España en América? ¿Y quién puede negar la grandiosidad de esa misma obra en las tierras de México? […] Este hombre descreído no puede menos de reconocer la inmensa superioridad de la religión católica sobre los cultos idolátricos practicados por las razas que poblaban México cuando el país fue conquistado, porque en los altares católicos no hay inmolaciones, no se sacrifican vidas humanas, no se depositan, en holocausto a los ídolos, dioses o no de la guerra, corazones palpitantes de hombres a quienes al pie del ara se les desgarraban las entrañas para el sacrificio. Idioma, costumbres, cultura, religión, todo eso trajo España a México. Pero, además, cualesquiera que sean las salpicaduras crueles de la conquista, y que se hayan repetido durante la dominación —¿qué conquista y qué dominación están libres de ellas?— queda aquí un testimonio irrecusable del sentido humano que tuvo la empresa española. ¿Cuál es ese testimonio? Los millones de indios que todavía pueblan el territorio mexicano. España no los exterminó, sino que respetó su vida».

Tercero. La realidad histórica de México es el producto de la campaña de Cortés en 1519-1521. El concepto mismo de México puede decirse que es creación cortesiana: el imperio mexica apenas abarcaba el tercio meridional del México actual, cuyos contornos se corresponden aproximadamente con lo conquistado o al menos explorado por Cortés y sus hombres.

Lo que decimos de México podría decirse de América en general: los españoles la descubrieron, no sólo en el sentido de encontrarla geográficamente —por sorpresa, pues buscaban Asia— sino también en el de poner en contacto entre sí a pueblos que hasta entonces vivían encerrados en microcosmos incomunicados; América se descubrió a sí misma como totalidad a través de la conquista hispano-portuguesa. (De la misma forma que, como ha señalado Emilio Lamo de Espinosa, Hispania fue «inventada» por la conquista romana: turdetanos, vacceos, etc. se ignoraban hasta entonces los unos a los otros).

Los territorios españoles en América nunca recibieron el nombre de «colonias», término que sólo se utilizará en el siglo XIX en referencia a Cuba, Puerto Rico y Filipinas; tampoco era frecuente el término «imperio». Se les consideraba reinos agrupados bajo una misma Monarquía Católica (o Monarquía Hispánica), aludiéndose a ellos en plural («estos reinos»); el rey de España lo era de Castilla, Aragón, Navarra.., y también del Perú o de Nueva Granada (la titulación enumerativa se conservó hasta Carlos IV); los territorios americanos eran gobernados mediante virreyes. En 1809, los delegados hispanoamericanos presentes en la Junta Suprema Central que asume el poder en ausencia de Fernando VII se preocupan de precisar que «los vastos y preciosos dominios que España posee en las Indias no son propiamente colonias o factorías como los de otras Naciones, sino una parte esencial de la monarquía española». La Constitución de Cádiz aludirá a «los españoles de ambos hemisferios».

Lo anterior permitió a Julián Marías escribir que «durante tres siglos, España no será simplemente una nación, una nación como las demás que tras ella se van organizando, es decir, una nación intraeuropea, sino una supernación transeuropea, un complejo de pueblos con un repertorio de relaciones todavía no bien comprendidas, y con un proyecto histórico, a la vez coherente y múltiple, que llevamos casi dos siglos intentando oscurecer»[4].

La Monarquía Hispánica fue, pues, un ente transoceánico agrupado por el vínculo político de la sujeción a un mismo rey, el legal del Derecho indiano y el religioso-cultural del catolicismo y la lengua española; un ente multipolar en el que, más que de un centro y una periferia, hay que hablar de varios centros en interacción («México o Lima, pero también Cuzco o Puebla, dejaron desde muy pronto de ser espacios periféricos para convertirse en focos principales de creación artística»)[5]. Tras el relativo declive de España en la segunda mitad del siglo XVII y la pérdida de muchos territorios europeos con el tratado de Utrecht (1713), crecerá la importancia del polo americano: los recursos de Nueva España serán los que permitan a España mantener un papel importante en el escenario internacional. De esta forma, como ha indicado López Viejo, la Monarquía Hispánica del siglo XVIII «es una potencia mucho más americana de lo que hasta entonces había sido y de lo que ninguna de las europeas lo sería jamás, la primera y hasta ahora única potencia euroamericana de la historia de la humanidad»[6].

Varios viajeros europeos ponderan a finales del siglo XVIII el florecimiento de los territorios hispanoamericanos, que resisten con ventaja la comparación con los recién nacidos Estados Unidos de América e incluso con muchos europeos. Alexander Von Humboldt teoriza en su Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España (1804) la centralidad de México en la Monarquía Hispánica, por el desarrollo urbano de su capital (más poblada en la época que el mismo Madrid, y ciertamente más que Filadelfia o Nueva York), sus recursos naturales y su equidistancia respecto a los territorios hispánicos de Europa y Asia: «Un rey de España que residiese en la capital de México haría pasar sus órdenes en cinco semanas a la península de Europa y en seis semanas a Asia, esto es, a las Islas Filipinas»[7] ; «entre las posesiones sujetas al dominio del rey de España, México ocupa actualmente el primer lugar, así por sus riquezas territoriales como por lo favorable de su posición para el comercio con Europa y Asia»[8] ; Humboldt anota también que los establecimientos científicos [Escuela de Minas, Jardín Botánico, etc.] de Ciudad de México son «más grandes y sólidos que los de cualquier ciudad del Nuevo Continente, sin exceptuar las de los Estados Unidos»[9] . Durante los siglos XVII y XVIII el «galeón de Manila» (o» nao de China») asegura el comercio asiático-americano-europeo: las sedas, marfiles y porcelanas orientales son desembarcadas en Acapulco, para ser comercializadas en parte en los territorios hispanoamericanos y en parte llevadas a Veracruz para ser expedidas a España (en el viaje de vuelta, el galeón llevaba artículos hispanoamericanos a Filipinas). En la Plaza de Armas de Ciudad de México floreció en el siglo XVIII el enorme mercado del Parián: el término «Parián» no procede del náhuatl, sino del tagalo («mercado de chinos»). El fraile novohispano José Servando de Mier, de viaje por España en 1806, escribe: «Las iglesias en Madrid no son templos magníficos y elevados, como acá, sino una capilla».

Cuarto. El mundo hispánico se ha mostrado siempre ingrato con Hernán Cortés. Ya en 1804, antes de las independencias, Alexander Von Humboldt se sorprende de la ausencia de reconocimientos: «Es bien reparable que en toda América, desde Buenos Aires a Monterrey, desde Trinidad y Puerto Rico a Panamá y Veraguas, en ninguna parte se halla un monumento nacional levantado por la gratitud pública a Cristóbal Colón ni a Hernán Cortés»[10]. La excepción era, desde luego, el propio sepulcro de Cortés en la iglesia del Hospital de Jesús, que desde 1794 disponía al menos de un mausoleo a la altura del personaje. Como indica Iván Vélez[11], la tumba estuvo sellada entre 1794 y 1823 con una placa que contenía el siguiente texto:

«Aquí yace el grande héroe Hernán Cortés, conquistador de este reino de Nueva España, gobernador y capitán general del mismo, caballero del orden de Santiago, primer marqués del Valle de Oajaca y fundador de este santo hospital é iglesia de la Inmaculada Concepción y Jesús Nazareno. Nació en la villa de Medellin, provincia de Extremadura en España, año de 1485, y falleció á 2 de diciembre de 1547 en la villa de Castilleja de la Cuesta, inmediata á Sevilla. Desde esta se le condujo al convento de la orden de San Francisco en la de Tezcuco, y de esto el año de 1629 á sus casas principales en esta ciudad de Méjico, con motivo de haber fallecido en las mismas á 30 de enero su nieto don Pedro Cortés, cuarto marqués del referido título del Valle de Oajaca. En 24 de febrero de dicho año de 1629, habiendo precedido el fúnebre aparato correspondiente á tan grande héroe, con asistencia de los Sres. arzobispo y virrey, real audiencia, tribunales, cabildo, clero, comunidades religiosas y caballeros, se depositaron en diferentes cajas abuelo y nieto, en el sitio en que se hallaban en la iglesia del convento de San Francisco de esta ciudad, de donde se trasladó a este panteón en 2 de julio de 1794, Gobernador el marqués de Sierra Nevada.»

Treinta años después comienza la rocambolesca peripecia de los restos: proclamada la independencia de México en 1821, el 16 de septiembre de 1823 el Gobierno dispone la exhumación y quema de los huesos de Cortés; el ministro de Exteriores Lucas Alamán se adelanta y, acompañado de Fernando Lucchesi y del capellán del Hospital de Jesús, Joaquín Canales, oculta los despojos bajo la tarima del altar. El mausoleo será desmantelado, pero los restos de Cortés están a salvo. En 1836, de nuevo clandestinamente, Alamán manda abrir un nicho en el muro del lado del Evangelio de la iglesia, que será sellado sin señalización alguna: allí reposarán los restos durante 110 años. En 1843, Alamán entrega a la Embajada de España un acta que revela el emplazamiento de la urna: los diplomáticos españoles mantendrán el secreto durante más de un siglo (en el que se suceden, tanto en España como en México, regímenes de signo diverso). El secreto será violado en 1946 por José de Benito, un secretario del entorno del «Gobierno republicano en el exilio». El Gobierno mexicano interviene para comprobar que los restos se encuentran en el lugar indicado por el acta de 1843: se abre el muro… y allí están. Indalecio Prieto, en varios artículos de 1946, recriminó a Benito su ligereza y pidió al Gobierno mexicano la erección de un mausoleo digno:

«El pueblo de México está ya en posesión de los restos mortales de tan gigantesca figura humana. No sólo porque cuanto hay en suelo de México pertenece a los mexicanos, sino porque, además, según su voluntad postrera, el Conquistador yacerá para siempre aquí, en la patria que fundó, en unión de los nobles indios: aquí deben quedar los huesos. Pero han de quedar dignamente, glorificándolos, elevando sobre ellos un majestuoso monumento. ¿Obra solo de los mexicanos? No, obra de mexicanos y españoles. Hernán Cortés es vuestro, mas también nuestro, muy nuestro. ¿Por qué no hermanarnos, más aún, en torno a su glorificación?» (Indalecio Prieto, «Mano española violó el secreto de los restos», Novedades, 28 de noviembre de 1946).

Quinto. Pero el Gobierno mexicano no atendió la petición de Prieto. El 9 de julio de 1947 se reinhumaron los restos —en la misma iglesia del Hospital de Jesús, también llamada «Iglesia de Jesús Nazareno»— colocándose tras una placa de bronce (1,26 x 0.85 m.) con su escudo de armas y la lacónica inscripción: «Hernán Cortés 1485-1547».

A día de hoy, el templo está abandonado y la tumba deliberadamente descuidada, sin ninguna señalización pública. En un reportaje de 2015, el periódico El País contaba esto:

«— ¿Viene alguien a visitarla?

— No viene nadie. Aquí no hay permiso para sacar fotos ni hacer turismo. Eso nos lo tienen prohibido.

La secretaria de la iglesia ha respondido sin levantarse de la silla. Está apostada a la entrada y mira con displicencia al recién llegado. El templo, enclavado en una concurrida avenida del centro histórico, parece medio abandonado. A un lado se acumulan muebles antiguos; a otro, andamios y sacos. La tumba no se aprecia a simple vista ni está indicada por ningún letrero. Hay que llegar al fondo y mirar a la izquierda del altar. A tres metros del suelo, se encuentra la placa que señala el lugar donde descansa el conquistador. Es de metal anaranjado. Sólo dice: Hernán Cortés, 1485-154713.»


[1] Lewis Hanke, The Spanish Struggle for Justice in the Con quest of America [1949], Little, Brown, and Company, Boston, 1965, notas 1 a 8.

[2] Lewis Hanke, The Spanish Struggle…, cit., p. 117.

[3] «Y Cortés le comenzó a hacer un razonamiento con nuestras lenguas [intérpretes] doña Marina [Malinche] y Aguilar; y dijo que había […] cumplido el viaje y mando que nuestro gran rey y señor le mandó; […] que somos cristianos y adoramos a un solo Dios verdadero, que se dice Jesucristo, el cual padeció muerte y resurrección por nos salvar; […] y que aqueste nuestro Dios resucitó al tercer día y está en los cielos, y es el que hizo el cielo y la tierra y la mar, y crió todas las cosas que hay en el mundo […] y que aquellos que ellos [los mexicas] tienen por dioses, que no lo son, sino diablos, que son cosas muy malas […]. Y luego le dijo […] cómo todos somos hermanos, hijos de un padre y de una madre, que se decían Adán y Eva; y como a tal hermano, nuestro gran emperador, doliéndose de la perdición de las ánimas, que son muchas las que aquellos ídolos llevan al infierno, donde arden en vivas llamas, nos envió para que esto que ha oído lo remedie, y no adoren aquellos ídolos ni les sacrifiquen más indios ni indias, pues todos somos hermanos; ni consientan sodomías ni robos; y más les dijo, que el tiempo andando enviaría nuestro rey unos hombres que entre nosotros viven muy santamente [frailes], mejores que nosotros, para que se lo den a entender» (Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de Nueva España, cap. CI).

[4] Julián Marías, España inteligible [1985], Alianza, Madrid, 2014, p. 182.

[5] Tomás Pérez Viejo, «Colonia, ¿qué colonia?», en Emilio Lamo de Espinosa (ed.), La disputa de/pasado: España, México y la leyenda negra, Turner, 2021, p. 71.

[6] Tomás Pérez Viejo, «Colonia, ¿qué colonia?», cit., p. 66.

[7] Alexander Von Humboldt, México [Antología de fragmentos del Ensayo político sobre el Reino de Nueva España], Casimiro Libros, Madrid, 2019, p. 23.

[8] A. Von Humboldt, op.cit., p. 20.

[9] Humboldt, op.cit., p. 30.

[10] Humboldt, op.cit., p. 63.

[11] Vid. capítulo «Las reliquias de Cortés» en Iván Vélez, El mito de Cortés: De héroe universal a icono de la leyenda negra, Encuentro, Madrid, 2016.

El IVA de 2017 y la habilidad propagandística del Gobierno de Sánchez

En la web oficial de la presidencia del Gobierno se publicó el pasado lunes , 24 de enero de 2022, una nota de prensa[1] con el título «El Gobierno compensa a las comunidades autónomas y los ayuntamientos por el IVA que dejaron de recibir en 2017» en la que puede leerse lo siguiente:  «La decisión de compensar a las comunidades autónomas por la mensualidad de IVA que el Ejecutivo del PP de Mariano Rajoy les retiró en 2017 (…).» El Gobierno es el de toda España, y el de todos los españoles, y por ello desde su web no se puede hacer propaganda política, y esa frase es pura propaganda.

El gobierno de Mariano Rajoy implantó en 2017 un nuevo sistema de suministro de información a la Agencia Tributaria (al que se denominó «SII», Suministro Inmediato de Información), que suponía básicamente que la contabilización de ingresos y gastos que hace la empresa en sus libros de IVA electrónicos se transmitía a la AEAT muy rápidamente, unos pocos días a lo sumo. El sistema requería adaptaciones de software y cambios informáticos a las empresas que se acogieran a él. Las empresas que presentaban el IVA mensual creo recordar que estaban obligadas a utilizar este sistema.

Visto que acababa el año y las empresas no acababan de adaptarse, se decidió dar ampliar el plazo para la presentación y pago de la autoliquidación de noviembre, y se permitió ingresarla en enero, en lugar de hacerlo en diciembre, como hubiera tocado.

Ello tuvo un engorroso efecto colateral: como el IVA a transferir a las CC.AA. (el 50% del total recaudado, según se estableció en la Ley 22/2009, de 18 de diciembre, por la que se regula el sistema de financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común y Ciudades con Estatuto de Autonomía y se modifican determinadas normas tributarias) se gestiona mediante ingresos a cuenta que luego se regularizan, todas se quedaron sin ingresar el IVA de diciembre (se les liquidaron 11 meses), pero más tarde, cuando se regularizan esos ingresos a cuenta, calculados sobre la previsión del IVA de 12 meses, se dieron cuenta de que les faltaba dinero.

Pero en realidad, el IVA de diciembre lo recibieron en enero (es decir, nadie les «quitó nada»). Lo que ocurrió fue que la liquidación de sus presupuestos quedó maltrecha, en definitiva, en el ejercicio de 2017, porque no recibieron unos ingresos presupuestados, y por eso se habló de agujero, ya que la liquidación de cada ejercicio se haría finalmente sobre el IVA realmente recaudado, y a ese IVA de 2017 le faltó un mes.

Esas liquidaciones finales se hacen a los dos años, en este caso, en 2019. Pero verdaderamente, como decían las CC.AA., esta situación les originó «dificultades en la sostenibilidad de los servicios públicos de la Comunidad y en el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria». Es decir, lo que hubo fue, sencillamente un desfase financiero. Repito, nadie quitó nada a las CC.AA., y menos, Rajoy.

Las CC.AA. -todas- protestaron, y Hacienda dijo que lo estudiaría, es más, hubo una polémica jurídica enorme y muy compleja. A la postre, se pronunció el Tribunal Supremo, que dio la razón a la Comunidad de Castilla-León, en sentencia de 19 abril de 2021 (ES:TS:2021:1393), fundamentando su decisión en cuestiones de lealtad institucional, ya que, dice el Supremo, la acción del gobierno con el IVA de 2017 «determinó la vulneración del derecho a la autonomía financiera de la Comunidad Autónoma, pues, (…), es notoria la disfunción que se deriva del hecho de que las entregas a cuenta se le abonasen en doce mensualidades y, en cambio, en la liquidación definitiva se atendiese únicamente a la recaudación de IVA correspondiente a once mensualidades, derivándose de ello un resultado anómalo». Es decir, que aunque la discusión fue ardua, larga y difícil, al finalmente el Gobierno de España llegó a la conclusión de que debía indemnizar el desfase financiero causado, aunque en mi opinión, lo ha hecho finalmente porque lo determinó así el Supremo, y de modo este evitar un alud de recursos del resto de las CC.AA.

Y en este tema no hay colores políticos, las CC.AA. fueran del color que fueran, reclamaban ese IVA.

La decisión de devolver esa mensualidad de IVA estaba ya tomada antes de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del 28 de julio de 2021 en la que fue comunicada por Montero a los representantes autonómicos, sobre todo, vista la sentencia del Supremo de abril de ese mismo año, que no le dejaba otra al Gobierno de España. Al parecer, se incorporó un cambio normativo para compensar el desfase financiero en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2019, el cual no llegó a aprobarse por carecer de los apoyos parlamentarios suficientes. Pero, en cualquier caso, no fue hasta la sentencia citada (y otras) que el Ministerio de Hacienda ha arbitrado una solución.

Y se pagará en los presupuestos de 2022 porque el gobierno se aprovecha de que el Pisuerga pasa por Valladolid para seguir haciendo propaganda: compensará a las CC.AA. perdonándoles la vida, ya que respecto al IVA de 2020 que se liquidará ahora no se les exigirá la devolución de lo que ingresaron de más las CC.AA. (a cuenta, teniendo en cuenta una previsión recaudatoria mucho mayor, desbaratada por la pandemia).

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Imagen: https://www.lamoncloa.gob.es/


[1] https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/hacienda/Paginas/2022/240122-compensacioniva.aspx

Un año en la «División Azul»

Transcribo a continuación el artículo que publiqué recientemente en el número 743, junio 2021, de la revista mensual BlauDivisión, Boletín de la Hermandad de la División Azul de Alicante, con el permiso de su editor.

Portada del cuadernillo que contiene el Diario

Aventuras bélicas del Alférez Paulino Polo 

Con relación a la campaña de Rusia muy brevemente diremos que mi padre, el alférez Paulino Polo Sobreviela se incorporó a la División Española de Voluntarios el 1º de julio de 1941, cuando todavía estaba movilizado, y procedía de la I Región Militar, Regimiento de Infantería 43. Ya dentro del ejército alemán, fue destinado, el 1 de agosto de ese mismo año, a la 11ª Compañía -ciclista- III Batallón, del Regimiento de Infantería 262, de la División 250 de la Wehrmacht. El 27 de abril de 1942 se le concede la Cruz de Hierro de 2ª clase. El Diario Oficial del Ministerio del Ejército de 13 de agosto de 1942 publica su ascenso al empleo de Teniente Provisional del arma de Infantería, con antigüedad de 20 de febrero de 1939, y con destino en el ya citado Regimiento de Infantería núm. 43. El 16 de septiembre de 1942 es citado como Distinguido. Y, por fin, el 12 de octubre de 1942 cruza la frontera española con el 8º Batallón de Relevo.

Por diversas vicisitudes familiares, y sobre todo, a raíz de la muerte de mi madre, hace dos años, entre otros muchos objetos, fotos, libros, misales, estampas, postales, etc… llegó a mi poder un manoseado cuadernito, aparentemente de gran antigüedad, y escrito casi en su totalidad en letra muy pequeña -y muy legible, a pesar de su deterioro- que no era sino un diario de campaña, escrito por mi padre, que abarcaba su experiencia en la División Azul, desde su salida de España, el 13 de julio de 1941 hasta el día en que se completa la totalidad del cuadernillo, justo un año después, el 12 de julio de 1942.

El cuadernillo o soporte físico de las memorias no es otra cosa que un dietario o diario personal entregado por el ejército alemán -y, por supuesto, escrito en alemán-, en cuya portada se lee «Taschenmerkbuch 1941» (Cuaderno de bolsillo 1941) y donde, a modo de almanaque, se pueden leer toda clase de temas útiles para un soldado, por ejemplo «Anleitung zur ersten hilfe bei unglücksfällen» (instrucciones de primeros auxilios en caso de accidente), «entefernungstafel» (tablas de distancias kilométricas entre ciudades), «Einwohnerzahlen» (cifras de población de ciudades alemanas), o temas militares, como «Die gefechts bezeichnungen für die schlacht in Frankreich» (Los términos de combate para la batalla en Francia), además de dibujos de los diferentes distintivos en la uniformidad (de la «Reichs luftwaffe, Kriegsmarine, Reichs heer, Feuerwehr », es decir, de la fuerza aérea del Reich, armada, ejército del Reich , cuerpo de bomberos…) y también mapas de todo el mundo en color… El espacio para las anotaciones diarias es muy pequeño, de ahí la necesaria brevedad de las mismas, hechas con tinta negra, en letra muy pequeña, enjuta y precisa, de fácil lectura, como ya mencioné. Al final del pequeño librito hay unas páginas en blanco que mi padre empleó para detallar más algunas cuestiones.

Lo primero que sorprende es la madurez de la persona que escribe. Cuando mi padre hace sus primeras anotaciones, el 13 de julio, recién hacía seis días de su 25 cumpleaños. Ya Había vivido la Guerra Civil española, cuyo estallido se produjo cuando acababa de cumplir 20, incorporándose nada más iniciarse a la Falange de Aragón. Al poco tiempo, tras su paso por la Academia, fue nombrado Alférez provisional de Infantería, con lo que pronto tuvo hombres a su cargo, cuyas vidas dependían de sus decisiones.

Como ya dije, de sus anotaciones en el diario y de sus múltiples comentarios allí escritos se trasluce, al poco de empezar a leer, una madurez impropia de un jovenzuelo, además de una gran honradez intelectual, valentía, abnegación, profesionalidad y cariño y admiración por sus hombres. Veamos una muestra. Se trata de una anotación de las extensas, escrita en pleno invierno, un invierno aquel que alcanzó unos niveles de crudeza pocas veces vistos, y referida a acontecimientos del 15 de diciembre de 1941:

La nevada que está cayendo es terrible, la ventisca enorme, no sé qué va a ocurrir. Son las 2 de la mañana, las trincheras están más que llenas y sigue nevando. (…) La nevada de hoy merece capítulo aparte. Es un espectáculo, después de todo, maravilloso. La ventisca es tremenda, resulta imposible mirar al enemigo.

Esto no se puede describir, pues por mucho que se quiera decir resulta pálido ante la realidad. Son las dos de la madrugada. Por algunos sitios, la trinchera de más de dos metros de profundidad la rebasa un metro la nieve. Ha desaparecido por completo y es facilísimo despistarse.

Dar una vuelta por el servicio de mi Sección me ha costado una hora justa. En las puertas de las chabolas hay que estar continuamente quitando nieve y casi no se da abasto. Si sigue así toda la noche quedaremos bloqueados. El viento viene del campo enemigo y es imposible mirar hacia él. Por algunos sitios me he metido con nieve al pecho y por todos hasta la rodilla por lo menos. No hace un frío exagerado, pero se hiela todo desde luego. Hoy que creí que la gente, ya muy apurada los días anteriores por el mucho frío, iban a estar desesperados, me he llevado una agradable sorpresa; los centinelas y demás servicio estaban de un humor excelente y muchos cantando. Esto, no cabe duda, no lo hace nadie más que los españoles. Ayer mismo, ya digo, la mayoría de la gente parecía que no podría resistir más, ya daba pena verles, y hoy por la noche es terrible la ventisca enorme que duele la cara, los centinelas con nieve a la rodilla, sin poderse mover, con las pestañas heladas, el abrigo rígido completamente helado- cubierto materialmente de nieve ¡en fin! De forma que, si no se ve, parece imposible que se pueda resistir. Aguantan una hora sí y otra no, de puesto, arma al brazo y – ¡cantando! – Es un fenómeno inexplicable, ya digo. A mí me ocurre lo mismo, pues doy una vuelta, tan pronto me caigo hasta el pecho, me levanto etc. Voy con mi cabo de enlace y ayudándonos el uno al otro nos corremos la gran juerga; aunque llegamos a la chabola materialmente helados sin poder abrir los ojos calados ¡en fin! Somos muy grandes los españoles ¡Arriba España!

El diario comienza el día que se inicia el viaje a Rusia, desde la estación del Norte de Madrid. Así describe su salida de España y su entrada en Francia, en donde encuentran un ambiente hostil:

 13/07/1941: A las 4 de la tarde salimos de la estación del Norte de Madrid. La despedida es entusiasta de verdad. A mi casi no me dejan subir al tren. Con apuros consigo hacerlo en un asilo de guardafrenos y allí voy hasta El Escorial. Cenamos en Ávila.

14/07/1941: Desayunamos en Burgos, bien. Es de madrugada y, aunque mal, hemos dormido. En las estaciones del trayecto nos despiden con mucho entusiasmo. Comemos en Miranda. A las siete de la tarde, aproximadamente, Vitoria. Por comprar unas cosas de perfumería perdemos el tren. Lo alcanzamos en el coche Grande. San Sebastián a las 10.30. Cenamos tren 1.30 madrugada.

15/07/1941: De 1.30 a 2, algo emocionados la frontera. Enseguida Hendaya. Seguimos a través de Francia. Burdeos, comemos. La comida nos parece rara y es un plato nada más, aunque fuerte. Luego nos dan un paquete con un pan grande cuadrado y muy feo, una lata de carne y unos caramelos. La población civil es hostil, nos saludan puño en alto y les apedreamos.

Continúa el relato de aquel viaje en tren, llegando finalmente a Grafenwöhr, el 17 de julio. Este lugar le causó muy buena impresión, salvo por el rancho alemán: «¡De madrugada llegamos a Grafenwöhr, el campamento donde nos van a dotar de material. Desembarcamos y nos vamos a los alojamientos. Ya comemos el rancho alemán, es rarísimo y poco. Hasta que nos acostumbremos vamos a pasar mucha hambre. El alojamiento es bueno y el campamento precioso. Son todo chalets, parece una ciudad jardín. (…) Hay casinos de oficiales estupendos y, para cada Batallón, una cantina, en la que hay cerveza de malta y muchas chucherías. El tabaco también es abundante, pero la comida… La cena nos deja helados: una rodaja de mortadela y té con limón.

Continúa con el relato de la extenuante marcha al frente, que para él no lo fue tanto, pues era oficial de una compañía ciclista. El 26 de septiembre escribe: «Descanso. Llevamos andados 702 kms.». Al día siguiente, tras una marcha de 40 kms. mi padre dice que retroceden por la autopista en dirección a Vitebsk, ciudad bielorrusa, pero cercana a la frontera rusa. Desde allí, el viaje continúa ya en tren y camiones, llegando el 12 de octubre a una población cercana a Nóvgorod.

El 13 de octubre es la fecha en que terminan de relevar a la compañía alemana, entrando ya en fuego. Mi padre escribe: «Ayer dormimos en un pueblo próximo a Nóvgorod. Visito por la mañana el frente; la posición que vamos a ocupar me gusta. A las 6 de la tarde salimos hacia el frente y a las 10 empezamos el relevo en la posición de una Compañía alemana. De madrugada terminamos el relevo. Ha estado bien hecho y no ha sonado un tiro. Ayer cañonearon bastante. Me acordé mucho de la Pilarica y estoy contento pues tuve 4 cartas de casa.».

A partir de ese momento comienza ya el relato de sus aventuras bélicas, sus condiciones de vida, la vida de los soldados a sus órdenes, y su continua preocupación por sus vidas y su bienestar. El 18 de febrero de 1942 escribe: «Ayer me hirieron de gravedad al soldado José Vázquez Terán. De madrugada los ruskys dan un golpe de mano a la avanzadilla de la compañía. Se van rabo entre piernas.»

También, por ser anotaciones personalísimas, critica a veces las órdenes de sus mandos o la oportunidad o acierto de las operaciones que se desarrollan:

Esta noche se va a dar el proyectado golpe de mano. Nos reunimos con el Capitán que nos explica las misiones. De una forma que a mí me parece arbitraria, se designa a Larios para ejecutarlo. Yo soy descartado con la excusa de mi pierna, y esto me disgusta enormemente. Al Capitán le han exigido palabra de honor de que no cruzará el río. Yo estoy seguro de que quebrantará esta promesa. A las 10 de la noche sale una patrulla de 12 hombres con el bote para transportarlo a la orilla del río. El bote es neumático de los grandes. Mi impresión es que esto es una tontería pues me parece desproporcionada la exposición ya que no comprendo el fin que se ha de conseguir. A las 11 y media ya viene por mi posición la patrulla que va a cruzar el río. Se trata, única y exclusivamente, de: si es posible, capturar o matar una escuadra y una vez hecho esto tirar un par de bombas de mano para que los rojillos se den cuenta de que les hemos pasado el río. Yo tenía pensado al salir ponerme en la patrulla como uno más sin que el Capitán se diese cuenta: se lo digo a Larios y el Capitán sospecha y está mosca. Yo creo que es por esto por lo que me manda buscar una escuadra de fusión, mientras hago esto ellos se marchan. Cuando yo vuelvo con ellos pienso seguir, pero… temo que el Comandante esté al llegar y en efecto así es, en seguida llaman de su parte. Aquí paso un mal rato, ocurren cosas que a mí me disgustan pues yo tomo estas cosas muy en serio y no por mí precisamente. Transcurrido un rato grande yo estoy ‘cabreado’ y cansadísimo, pues mi pierna todavía no me funciona bien y he danzado mucho además de ir por el pueblo. El Comandante ordena que empiece el ‘cacao’ como él dice, pues cree que los del golpe ya han terminado. Tiran bastante nuestras máquinas y morteros. Naturalmente que los ruskys también tiran; a la panda nuestra en varias ocasiones nos bordan. En una de estas hieren en el pecho a un chico de la 1ª Sección (grave)

Lo que ocurrió allí.- Una vez en la orilla del río y con el bote ya dentro, embarcaron, como yo me imaginaba, el Capitán también. Cruzaron el río sin novedad, pero lo hacían casi enfrente de un puesto avanzado en la orilla enemiga.

Cuando estaban a escasa distancia les hicieron una descarga y volvieron grupas.

Resultado, un soldado muerto casi en el acto y dos heridos, todos dentro de la barca.

La cosa se puso fea para desembarcar, pues con bengalitas etc. les tiraron a placer, pero ya no ocurrió más. Me imagino las angustias que pasaron para llegar a la posición. Únicamente dejaron allí el bote. De acuerdo con el Capitán Orozco, organizamos dos patrullas de ayuda, pero cuando nos disponíamos a salir llegaron ellos.

Mi padre describe muy bien las penalidades que sufren, tanto las debidas al intensísimo frío (llegan a medir unos terribles -46º) como luego, ya en primavera, las producidas por el barro o los mosquitos, que aún les hacen sufrir más. Pero llega la navidad de 1941, y mi padre la describe de este modo tan entrañable:

Deja de llover y empieza gran ventisca. Nieva en abundancia, cuando deja de nevar el frío aumenta mucho. De madrugada es intensísimo, de madrugada llega a – 46o. Esta noche es Nochebuena ¡qué recuerdos! Hace un frío grandísimo. Oímos misa del gallo en la ‘chabola casino’, un acto muy simpático, sencillo y emocionante. La noche es crudísima. Del aguinaldo todavía nada. ¡Noche Buena! Qué recuerdos, hace un frío intensísimo, una de las noches más crudas. A las 12 viene un enlace de P.M. a llamarme para asistir a la misa del gallo. En la ‘chabola’ que se hizo para casino está el altar pequeñito, dentro estamos unos cuantos. Los oficiales, el Comandante, Teniente, Ayudante y médico, que han subido. Algún Sargento de Plana Mayor y los cabos de enlace nuestros. Comulgamos todos y resulta emocionante. En Rusia, en este sitio y con este ambiente no hay que negar que es un acto extraordinario. En estas circunstancias puede que seamos los únicos del mundo que han oído una misa. Fuera, la artillería y morteros enemigos molestan bastante.  

El diario acaba abruptamente, pues se interrumpe con la anotación del 12 de julio de 1942, sin que se nos haya anunciado previamente nada. Es posible que siguiera escribiendo en otra agenda, que se ha perdido, o a lo mejor dejó de hacerlo. Pero no lo sabemos. Acaba así:

Llueve otra vez. Pero no hay mosquitos. Andamos mal de tabaco. Mañana hace un año que salimos de España. Fin del 1er año.

En definitiva, mi padre nos ha dejado un regalo invaluable. Tanto como trozo de historia vívida, como relato de aventuras, o como memoria familiar, el texto es conmovedor, intenso, trepidante y, si se me permite, escrito con muy buen estilo.

Espero tener ocasión, con la ayuda de los grandes historiadores que tenemos cercanos a la memoria divisionaria, dar al relato de mi padre el formato de libro, pues creo que lo merece. Que Dios me ayude a ello.

Sánchez y los indultos a los independentistas catalanes

Se la suda todo…

Pedro Sánchez

Hoy, día 22 de junio de 2021, se ha perpetrado, por el Gobierno de España, la concesión del indulto a los condenados por los sucesos del 1º de octubre de 2017. Con su deleznable conducta, el Presidente de España está arrastrando por el fango a todos los españoles a quienes representa, disolviendo las instituciones del Estado y pulverizando el Imperio de la Ley, y todo a cambio de un puñado de votos que le permitan seguir en el poder, la única finalidad de esta auténtica barbaridad.

El mismo Juan Luis Cebrián, en un tibio alegato contra la partitocracia que publica hoy El País[1] descubre el verdadero motivo de la medida de gracia, que Sánchez -y sus acólitos- ocultan: «se oculta la verdadera motivación de la concesión de los mismos: garantizar la mayoría parlamentaria suficiente para el mantenimiento de la estabilidad gubernamental». Que este sea el verdadero motivo de la concesión de los indultos convierte a esta medida en indecente e ilegítima[2] la adopción de tal medida, a la par que pone en dolorosa -por ridícula- evidencia la inmensa campaña de mentiras que ha orquestado Sánchez para confundir a los atribulados españoles. Hoy mismo ha afirmado hacerlo «…pensando en el espíritu constitucional de concordia», cuando en la constitución esa palabra no aparece ni una sola vez.

Muchos españoles vemos en esta medida una defección[3] del gobierno y una derrota de la nación española, y por ello es tan doloroso escuchar -sin réplica alguna- las declaraciones de los facciosos encarcelados o sus compinches, como aquella de Cuixart de que el indulto «será el preludio de la derrota que sufrirá el Estado español en Europa», o la de Junqueras, que grita «el indulto es un triunfo porque demuestra la debilidad del Estado».

Un admirado amigo y camarada -y un sabio con mayúsculas- me decía el otro día que a él le parecía más grave que esto todo el asunto de la “Kitchen”. Pero, sin entrar en comparaciones de gravedades, diré que este asunto me parece a mi peor aún que el propio golpe de Estado de 2017. Porque ahora es el propio Gobierno de España quien se vuelve contra su patria, y la traiciona y vitupera, haciendo añicos el imperio de la Ley, mintiendo a todos y haciendo justo lo contrario de lo que decía hace poco al respecto, cuando se cansaban de repetir que «…nunca más indultos por motivos políticos», que acatarían la sentencia y que no estaba ni en la mente ni en el calendario del gobierno indulto alguno a los sediciosos independentistas.

Toda la campaña de mentiras ha estado centrada en destrozar la credibilidad del Poder Judicial y del órgano judicial que está en la cúspide del mismo, tildando una sentencia, correctísima y dictada con las máximas garantías, de “venganza”.

Por último diré que es muy difícil defender estos indultos, desde ningún punto de vista. La apelación a la paz o a la concordia es falaz, no se lo cree nadie, porque ni los propios reos han pedido ni aceptan -en apariencia, al menos- el indulto que se perpetrará en breve. El arrepentimiento de los condenados brilla por su ausencia. Ningún indicio parece indicar que la paz y el diálogo se verán favorecidos por esta inane medida política. 

Aunque aún no sabemos -como recuerda Cebrián en el anteriormente citado artículo[4] – el alcance de los indultos que se concederán, debe recordarse que el artículo 11 de la denominada «Ley estableciendo reglas para el ejercicio de la gracia de indulto», de 18 de junio de 1870, actualmente en vigor señala:

«El indulto total se otorgará a los penados tan sólo en el caso de existir a su favor razones de justicia, equidad o utilidad pública, a juicio del Tribunal sentenciador.».

Pero aquí, el desprecio al Tribunal sentenciador es absoluto, por cuanto que ha expresado a las claras su frontal oposición a la medida de gracia, siendo sus motivos de oposición a la misma, en mi opinión, demoledores. Así, el informe del Tribunal Supremo cita a Jordi Cuixart

«que en su respuesta a la Sala afirma que todo lo que hizo lo volvería a hacer porque no cometió ningún delito. Esas palabras son para el tribunal “la mejor expresión de las razones por las que el indulto se presenta como una solución inaceptable para la anticipada extinción de la responsabilidad penal. De hecho, expresan una actitud antidemocrática, en la que la propia conciencia y el compromiso social que cada ciudadano suscribe le autorizaría a pulverizar las bases de la convivencia, a convertir en ineficaces las resoluciones dictadas por los Jueces y Tribunales de un determinado territorio, a sortear las vías legales de reforma de un sistema jurídico y, en fin, a vulnerar los derechos fundamentales de aquellos otros ciudadanos que no comulguen con esos principios o esa conciencia individual”, subrayan los magistrados.».

La Sala sentenciadora recalca en su informe la gravedad de los delitos cometidos, que atentan contra los pilares de la democracia:

« (…) Varias de las solicitudes de indulto justifican la extinción de la responsabilidad criminal por la desproporción de las penas ante un delito contra el orden público.

La Sala recuerda que su sentencia proclamaba con nitidez que el delito de sedición es algo más que un delito contra el orden público “lo que el hecho probado de nuestra sentencia declara – por más que lecturas parciales e interesadas reiteren lo contrario- no es identificable con el simple desbordamiento de los límites del orden público. Antes al contrario, lo que describe el juicio histórico es un ataque a la paz pública y a la observancia de las leyes y resoluciones como fundamento de la convivencia en el marco constitucional”.

Por ello el tribunal considera que el enfoque tiene que ser distinto cuando lo que está en juego no es la preservación del orden público, sino la solidez de los pilares sobre los que se asienta la convivencia democrática.»

Pues todo esto se lo pasa Sánchez por el arco sur, porque sólo desea conservar su poltrona. Ya lo decía Voltaire: «La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria».  

 Imagen: https://www.lamoncloa.gob.es/

Gabriele Kuby: «Los enemigos del cristianismo han alcanzado el puesto de mando en todos los ámbitos»

Copio a continuación la imprescindible entrevista a Gabriele Kuby publicada en marzo en Religión en Libertad. Al final está la URL completa.

Gabriele Kuby.

Gabriele Kuby, durante un coloquio en Nueva York con Eric Metaxas convocado por Socrates in the City y el King’s College, el 26 de febrero de 2018.

ReL. 03 marzo 2021

Gabriele Kuby es la autora del best seller mundial La Revolución Sexual Global. La socióloga, ex-marxista alabada por Benedicto XVI como «guerrera impávida», está de nuevo en las estanterías de las librerías italianas con En política como cristianos, un ensayo que, como resalta el título, es una hoja de ruta para los católicos comprometidos en las instituciones. Texto muy estimulante, lleno de ideas. Giuliano Guzzo ha entrevistado a la autora en Il Timone:

-Profesora Kuby, en su libro, siguiendo la estela de Tocqueville, usted afirma que sin base cristiana la democracia se resquebraja. Por consiguiente, ¿tenía razón su compatriota, el constitucionalista Böckenförde, cuando advertía que «el Estado progresista y secularizado vive de supuestos que, por sí mismo, no puede garantizar»?

-Esta frase de Böckenförde da en el blanco. Hoy estamos convencidos de que la democracia es la mejor forma de gobierno. Pensamos que a través de nuestros representantes la mayoría puede decidir los principios, los valores y las leyes según las cuales debe vivir y funcionar nuestra sociedad. Nos parece que este modelo es la máxima expresión de libertad.

»El ser humano es la única criatura dotada de libre albedrío y, por tanto, puede llevar a cabo tanto el bien como el mal. Si la mayoría puede decidir, en el papel de elector o de político, deberían existir criterios morales fundamentales que orienten a elegir el bien. Educar a la humanidad a estos valores y custodiarlos era tarea de la Iglesia que, mediante el anuncio constante del Evangelio, creó las condiciones para el extraordinario florecer de la alta cultura europea.

»A través de la Biblia y su lenguaje, el arte figurativo, la música y la arquitectura vinculados a lo sagrado, la gente entraba en contacto con la Belleza, la Bondad y la Verdad, y quedaba plasmada por ellas. Actualmente, la Iglesia atraviesa una profunda crisis. Y con ella, toda la sociedad.

»La humanidad es modelada por la basura que, a través de los medios de comunicación, invade los hogares y, desde los móviles inteligentes, el corazón de los niños. La generación abandonada, ¿tendrá la fuerza de defender la libertad ante un Estado cada vez más invasivo?

-¿Por qué, en su opinión, los cristianos «han ejercido hasta ahora, de manera totalmente insuficiente, su responsabilidad en la construcción de la sociedad»? ¿Por desinterés o por falta de valentía?

-Hasta hace poco tiempo, la mayoría de la población esta formaba por cristianos bautizados. Los cristianos se sentían seguros dentro de las estructuras eclesiales. Ahora, estas seguridades se están acabando y debemos reconocer que los enemigos del cristianismo, mediante una «larga marcha a través de las instituciones», meticulosamente planificada desde arriba, han alcanzado los puestos de mando en todos los ámbitos sociales con el objetivo de poner en marcha su agenda de matriz neomarxista.

Portada de La Revolución Sexual Global.

«La Revolución Sexual Global» es la obra más conocida de Gabriele Kuby, publicada en varios idiomas. Pincha aquí para adquirirla ahora.

»La política se ha convertido en un gigantesco aparato que manipula y en el que los medios de comunicación tienen un papel fundamental. Estos se han convertido en instrumento de las estructuras de poder que, por medio de métodos de manipulación muy sofisticados, influyen y dirigen la opinión pública.

»Cualquier fuerza que se atreva a cuestionar la coalición izquierdas-verdes (en la que, mientras tanto, han entrado a formar parte los llamados partidos cristianodemócratas), es rápidamente demonizada tanto a nivel nacional como internacional.

»A esto hay que añadir la grave amenaza a la libertad que supone el poder de los gigantes de internet. Surge la pregunta: ¿por qué todos empujan en la misma dirección? La agenda es homogénea: contra la familia y a favor del matrimonio homosexual, la teoría transgénero, el aborto, la educación colectivizada de los niños desde la primera infancia. En una palabra: contra toda visión cristiana.

-En un determinado momento, usted escribe que «las cosas están cambiando» porque cada vez más cristianos se están movilizando impulsados por la decadencia que los rodea. En este sentido, ¿qué señales de despertar ve en Europa?

-Existen numerosos grupos de cristianos comprometidos, que luchan de manera cada vez más interconectada en aras de los valores cristianos. Estoy convencida de que debemos llevar adelante esta batalla, sin preocuparnos si tendremos éxito o no. Nos encontramos en la misma situación de David contra Goliat. Él no luchó por sí mismo, sino por su pueblo, con la conciencia de que «es la batalla del Señor».

»Hay que decir la verdad, a tiempo y a destiempo. Y esto exige cada vez más sacrificios. Si te atreves a afirmar que un hombre que se identifica como mujer sigue siendo biológicamente un hombre, se te acusa de inmediato de discurso de odio y se pone en peligro toda tu existencia profesional y social.

»Parece que la humanidad ha sido atacada por un virus que niega la verdad. Es la consecuencia de dar carácter de absoluto a la libertad. Queremos ser como Dios. Esta presunción lleva inevitablemente, por citar a C. S. Lewis, a la «abolición del hombre».

»Mi impresión es que nos encontramos ante una gran encrucijada: o nos dejamos arrastrar por la corriente dominante, la corriente del pensamiento único, o nos decidimos por Jesucristo y nos dejamos transformar y guiar por Él. Parece que se está delineando una nueva forma de discipulado. Hoy, estos discípulos están marginados, pero mientras tanto se están cualificando para futuras responsabilidades como guías.

– En In politica da cristiani usted cita en más de una ocasión a Benedicto XVI que, como es bien sabido, siente gran estima por usted. ¿Cuál es la enseñanza principal que ha dejado el Papa emérito, su compatriota, a los cristianos activos en política?

-El Papa Benedicto XVI afirma que son las «minorías creativas» las que determinan el futuro. Mientras tanto, la Iglesia católica en general se ha convertido en una minoría tal que está muy debilitada en Occidente. Incluso dentro de la propia Iglesia, solo una pequeña minoría sigue anclada a la Verdad evangélica por entero.

Benedicto XVI y Gabriele Kuby.

Benedicto XVI y Gabriele Kuby, en un encuentro en el monasterio Mater Ecclesiase del Vaticano, al que Gabriele acudió el 27 de febrero de 2014 junto con su hija Sophia.

»A este respecto, durante un coloquio personal, Benedicto XVI me dijo: «El hombre debe ser tocado en la profundidad de su corazón por la Verdad. Su implicación debe surgir desde dentro, debe ser un convencimiento profundo, hasta el punto de no poder hacer otra cosa más que comprometerse con ella».

-Volviendo a su libro, en referencia a los cristianos usted escribe: «Nuestra tarea consiste en hacer resplandecer la luz de la esperanza en cualquier circunstancia». Un énfasis hermosísimo, pero ¿cómo se puede hacer «resplandecer la luz de la esperanza» en este momento de pandemia y de empobrecimiento material y de valores?

-No tenemos más esperanza que Jesucristo. Esta esperanza es indestructible. ¿Cómo puede surgir el mundo nuevo, del que habla la Virgen en sus apariciones, sin transformar el viejo? El Señor nos ha dicho que el final de los tiempos estará precedido por grandes cambios. Lo predijo para que no nos sintiéramos confusos ante la Providencia y Su victoria segura.

»Solo tengo una respuesta ante la incertidumbre existencial que estamos atravesando: intensificar la vida de oración. Pongamos en orden nuestra vida, perdonémonos, reconciliémonos, reforcemos nuestros vínculos familiares, alimentémonos de la Palabra de Dios para que nos fortalezca.

»El Señor nos dice: «Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación» (Lc 21,28).

Traducido por Elena Faccia Serrano. 

https://www.religionenlibertad.com/personajes/579172418/gabriele-kuby-enemigos-cristianismo-puesto-mando-todos-ambitos.html

Nunca llega la sangre al río

En mi familia de origen somos 8 hermanos, y yo, el 6º, tengo 13 años menos que la mayor, por lo que tuve mi primer sobrino muy jovencito, a los 11 años. Siempre me han fascinado los niños, y en aquella época disfrutaba muchísimo jugando con ellos. Dos de los mayores, –los primeros que tuve- dos hermanos nacidos en apenas dos años, se agredieron de continuo con inusitada violencia, a veces despiadada, desde muy pequeños hasta casi ahora mismo (pasan de los 40…). Yo, que he presenciado muchas de aquellas fraternales pendencias, con profusión de coscorrones, mamporros, arañazos, llaves de lucha libre, de judo, patadas de taekwondo y golpes de todo tipo, me alarmaba mucho las primeras veces, pero poco a poco iba comprendiendo que aquello era una forma de amor.

Porque no he conocido nunca –ya tengo unos añitos- dos hermanos que se quieran tanto y que estén tan unidos, y cuya relación sea tan alegre y sana. Eran –y son- de una inteligencia viva, y de una elocuencia que enamora, todo lo cual, no me cabe duda, viene de su educación a golpes. Ninguno perdonaba al otro el menor desliz ni palabra que pudiera sonar a conato de desprecio, o de poco aprecio a algo expuesto, conseguido o deseado. Pero jamás toleraban que un tercero pusiera en entredicho al hermano, a cuyo rescate valeroso, y con razón o sin ella, acudían siempre, como si fueran legionarios que escucharan el grito de «A mí la Legión».

En la actual situación de obligatorio confinamiento muchos padres se me quejan de las constantes peleas sus hijos, de su mal comportamiento y del mal ambiente que ello genera en casa. En cierto que tanto roce, tantas horas viéndose las caras los padres y sus hijos y los hermanos entre sí, acaban cansando y pasan una factura de, al menos, agotamiento psíquico, y también físico.

Mi tercera hija es una profesional del cuidado de niños, actividad cuyos rendimientos económicos los emplea para pagar una parte de sus estudios –muy pequeña- y permitirse caprichos. Y, como lo hace muy bien, está muy solicitada por los vecinos de nuestra urbanización de un moderno barrio madrileño y de muchas otras, pues su fama se extiende. Y en estos días, desde la «fase 0» no le falta trabajo. Cuida por las mañanas a niños con el objeto de que en la casa haya la mínima tranquilidad para que los papis puedan tele trabajar. Sin ella presente los niños lo ponen muy difícil, al requerir constante atención. Es el precio de la paz.

Pues bien, mi mensaje es positivo. En el pasado, los teóricos del aprendizaje sostenían que la frustración –estado de enojo que ocurre cuando se bloquea o se impide la consecución de metas- conduce a la agresión, pero la hipótesis frustración-agresión, que señala que toda agresión es consecuencia de una frustración es incorrecta. (Craig, 2001). La agresividad infantil tiene otras causas y se ejerce en muy distintos contextos. Hay que quitar dramatismo a la cuestión de las peleas de hermanos. Los padres debemos tratar de inmiscuirnos lo menos posible. Excepto que corra un serio e inminente peligro la integridad física de alguno, no debemos intervenir, puesto que deben ser los niños quienes resuelvan sus propios problemas. Eso les servirá de entrenamiento para su vida adulta. El padre, o la madre, que se inmiscuye con demasiada frecuencia en estas contiendas no consigue nada –más que llevarse un sofocón en el mejor de los casos-, no podrá jamás hacer justicia –porque no tiene suficientes datos de lo que ocurre, sino que lo más normal es que no tenga ni remota idea- y acabará provocando que los niños no sepan resolver por sí solos sus problemas, necesitando que papi o mami estén siempre presentes.

No es fácil, pero hay que intentar ejercer una especie de evasión o escapada virtual, haciéndose el loco (pero sin dejar de estar pendientes, mirando con el rabillo del ojo) y enviar a los niños un mensaje claro: «esto es problema vuestro y vosotros lo tenéis que arreglar».

Alguien me puede decir: «tú a callar, que sólo tienes niñas», pero de eso nada: las peleas entre niñas son menos violentas por lo general pero, sin embargo, son mucho más irritantes, muy enrevesadas e ininteligibles. Y no acaban nunca.


(Una versión de este artículo ha sido publicada en la web oficial del Foro Español de la Familia: https://www.forofamilia.org/noticias/hermanos-en-cuarentena/)

La violencia verbal de los políticos profesionales

Aufmarsch am Abend der Machtergreifung Hitlers

«Para Adolf Hitler, pronunciar un discurso era un acto de violencia»

Max Gallo, La noche de los cuchillos largos

Los españoles estamos asistiendo en los últimos tiempos –y en especial desde el Decreto que instauró el Estado de Alarma- a una «escalada» en los niveles de agresividad del discurso político. Hace pocos días, el líder de un grupo parlamentario decía, en la misma sede de la soberanía, lo siguiente, refiriéndose a los representantes de otro grupo político de ideología opuesta: Porque ustedes representan el odio, la hipocresía y la miseria moral, y les aseguro que España, y nuestro pueblo, una vez más, como en el siglo XX, se quitará de encima la inmundicia que ustedes representan. Quien pronunció estas palabras fue, nada menos, que Pablo Iglesias Turrión, vicepresidente segundo del gobierno de España, el pasado 29 de abril.

Los Estados totalitarios tienen por costumbre utilizar un lenguaje muy agresivo, violento, y ofensivo, porque el poder de sus líderes descansa, en buena parte, en el miedo. Baste de ejemplo la frase de Adolf Hitler que sirve de pórtico. Para Vladimir Ilich Uliánov (Lenin)  el uso de la violencia era esencial en su táctica revolucionaria,  y dijo al respecto:

La dictadura revolucionaria del proletariado es un poder conquistado y mantenido mediante la violencia ejercida por el proletariado sobre la burguesía, un poder no sujeto a ley alguna. (Obras escogidas, T. III, p 37)[1].

Siempre he mantenido la convicción de que el ejercicio de la violencia no sólo se lleva a cabo con acciones que impliquen el uso de la fuerza física, que acaben lesionando a personas o destrozando objetos. También es violencia el insulto, el desprecio o la amenaza, es violencia verbal. La cualidad de violento implica el uso de una fuerza e intensidad extraordinarias, física o –lo que es más importante ahora- moral. Se invoca, en ocasiones, la libertad de expresión para amparar estos excesos, pero se olvida que tal derecho no puede amparar jamás el uso de la violencia.

Ese lenguaje cargado de agresividad –lenguaje, insisto, violento- traspasa la puerta del hemiciclo y contagia, como un virus, a amplios sectores de la sociedad española, que se empieza a notar por momentos más polarizada, es decir, orientada en dos opciones contrapuestas. No hace falta que traigamos a colación la manida frase de Antonio Machado, pero no es bueno que olvidemos nuestra propia historia.

En la web del Congreso de los Diputados pueden consultarse los Diarios de Sesiones de la Cámara en los tiempos de la Segunda República. Si consultamos los de 1936, cuando, tras las elecciones de febrero, gobernaba el Frente Popular, sus niveles de violencia verbal eran muy elevados, reflejo de la virulencia del enfrentamiento político que ya se daba en la sociedad, y en las calles. Esos enfrentamientos desembocaron en la devastadora y cruenta guerra civil.

De dicho Diario de Sesiones sacamos este extracto del discurso del diputado don José Calvo-Sotelo, entre gritos e insultos:

(…) Eso pienso, y hago constar que mientras la presidencia me ampare en mi derecho permaneceré impertérritamente en pie, dispuesto a decir todo lo que tengo que decir. (Nuevas interrupciones: Todas las agresiones han partido de vosotros. (¡Qué cinismo!) Advierto que las interrupciones que tengan carácter ofensivo, viniendo de algunas personas para mí no lo serán. (La Sra. Ibárruri: Id a decir esas cosas en Asturias. —Continúan los rumores.)

Iba diciendo, Sr. Presidente, que con su venia entregaré a la Redacción del Diario de Sesiones los datos cuya lectura omito para no prolongar mi intervención. (Rumores.) Y advierto que entre esos episodios los hay tan horrendos, que los mismos que me interrumpen serían los primeros en guardar silencio, porque no hay ninguna persona, no ya con figura, con alma, que quiere decir figura humana, que ante ciertos episodios canallescos y horrendos, cualesquiera que sean sus autores y sus víctimas, no sienta indignación. (Nuevas protestas.)

El Sr. Azaña se limitaba a calificar de tonterías el incendio de las iglesias. (Denegaciones. — El Sr. Sánchez Albornoz: Pero, ¿cuándo lo ha dicho?) Nunca, Sr. Azaña, se puede calificar así el incendio de un templo. (Rumores y protestas. —El Sr. Presidente reclama orden. —La Sra. Nelken: Hay cosas que no se pueden oír con paciencia, ni con campanilla ni sin ella.)

En la siguiente sesión, de 16 de abril de 1936, el diputado de derechas José María Gil-Robles había hecho recuento de los recientes actos violentos. Se debatía, como estos días de la pandemia, la proposición no de Lay del fin del Estado de Alarma:

Me va a permitir la Cámara que brevemente haga una estadística de cuál es el desconcierto de España desde que el Sr. Casares Quiroga ocupa la, cabecera del banco azul. Desde el 13 de Mayo al 15 de Junio, inclusive:

Iglesias totalmente destruidas, 36. Asaltos de iglesias, incendios sofocados, destrozos e intentos de asalto, 34. Muertos, 65. Heridos de diferente gravedad, 230. Atracos consumados, 24. Centros políticos, públicos y particulares destruidos, 9. Asaltos, invasiones, e incautaciones -las que se han podido recoger-, 46. Huelgas generales, 79. Huelgas parciales, 92. Clausuras ilegales, 7. Bombas halladas y explotadas, 47.

Acabo con un breve extracto de la intervención de la diputada doña Dolores Ibárruri en esa misma sesión:

Cultivasteis la mentira; pero la mentira horrenda, la mentira infame; cultivasteis la mentira de las violaciones de San Lázaro; cultivasteis la mentira de los niños con los ojos saltados; cultivasteis la mentira de la carne de cura vendida a peso; cultivasteis la mentira de los guardias de Asalto quemados vivos. Pero estas mentiras tan diferentes, tan horrendas todas, convergían a un mismo fin: el de hacer odiosa a todas las clases sociales de España la insurrección asturiana, aquella insurrección que, a pesar de algunos excesos lógicos, naturales en un movimiento revolucionario de tal envergadura, fue demasiado romántico, porque perdonó la vida a sus más acerbos enemigos, a aquellos que después no tuvieron la nobleza de recordar la grandeza de alma que con ellos se había demostrado.

Esa violencia verbal tan extremada era entonces reflejo de la violencia real en las calles. Hoy, todavía, ese nivel de violencia total no existe aún en España. Pero el derrotero por el que discurre la política y la sociedad españolas resulta muy preocupante. Como nos enseña la historia, avivar el odio en una nación como la nuestra puede llevarnos a una violencia devastadora. Recuperemos la educación, la cordura y el debate sosegado.

Imagen: Bundesarchiv. (Bbundesarchiv_Bild_146-1982-004-13A_Aufmarsch_am_Abend_der_Machtergreifung_Hitlers.jpg)

[1] Pueden consultarse fácil y gratuitamente en Internet: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe3/lenin-obras-3-3.pdf

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